Cuando alguien se cabreaba mi abuelo decía que “había cogido el cesto de las chufas”. La verdad, no sé de dónde viene la frase y tampoco sé si es más o menos universal o de una zona determinada, pero lo cierto es que en mi casa se sigue utilizando.
Por eso, al ver esta mañana el mosqueo que se había agarrado Andreu Buenafuente con algunos tuiteros lo he tenido claro: ha cogido su particular cesto de las chufas.
Todo viene de la entrevista que @buenafuente le hace añoche en su programa a la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Ya se sabe que la Sinde no es precisamente el personaje más popular para mucha gente de las redes sociales y en Twiter más de uno y más de dos pulso a caldo a la ministra, a la entrevista y al propio Buenafuente. Cositas como estas (y seguramente también más bestias, aunque no he tenido tiempo de encontrarlas):
Lo cierto es que Buenafuente no se lo ha tomado demasiado bien y ha soltado esto por Twitter esta mañana:
Y así ha sido: se ha pirado y a estas horas no ha vuelto. En fin. Que cada cual tiene derecho a agarrarse los cabreos (el cesto de las chufas) que más le guste, pero se supone que Buenafuente ya es un tipo bregado en esto del Twitter que ha visto pelar las barbas de Bisbal, de Vigalondo, de Reverte y de algunos más. Sorprende un poquito que no haya puesto las suyas a remojar. Sorprende más que no tenga claro que “los exaltados” (un poco viejuno el término) no se van a “pirar” ni con agua caliente. Y van a seguir dándole cera, a razón de más cuanto más se queje. Esa es la fórmula que se ha empleado con cualquier famoso en Twitter y no es menester ser un entendido ni un “connaisseur” para saberlo.
Es de cajón que un tipo que tiene más de 378 mil seguidores en la red del pajarito tiene también muchos defensores y, efectivamente, han aparecido en buen número.
Así que lo mejor que podría hacer Andreu es respirar hondo, echarse un trago de lo que más le apetezca y tomárselo con deportividad. Aunque, como decía Pitigrilli, “no me den consejos baratos, sé equivocarme yo solo” (y tengo todo el derecho a hacerlo, añado yo)
Pues eso.