Revista Opinión

El chalet de la nostalgia

Publicado el 05 junio 2019 por Carlosgu82

En el otoño de 1982 la familia Flores, que viven en Madrid, emprenden un viaje hacia el sur de Francia, se trasladaran en un vehículo de su propiedad, van la pareja de esposo Carlos de 40 años de edad y Sofía  de 35 años, acompañados de sus dos pequeños hijos Samuel y Beatriz, de 8 y 6 años respectivamente, los Flores buscan alejarse del ambiente tan tóxico como es la capital española, sus diatribas políticas, en vista que hace un año atras un orate entró bruscamente en el Parlamento de España y disparó con dirección hacia el techo, por ende quieren olvidar por una semana las vicisitudes de su nación.

En medio de su aventura vacacional, se percatan de un excelso chalet, su fisonomía enamora a la familia inmediatamente, Carlos y Sofía deciden alojarse en tan majestuoso Chalet, se estacionan, al llegar a la recepción, pregunta en tono muy amable a un empleado, pero como en Francia no hablan español tiene que utilizar lenguaje de señas muy simples, para sorpresa de la familia uno de los trabajadores de nombre Vincent, habla 3 idiomas y entre ellos el español, le contesta con elegancia, si tienen disponibilidad de alojarlos, transcurren los minutos, llegan a la habitación, que tiene una vista majestuosa, con un dilatado bosque, un ambiente muy agradable, que es una invitación desconectarse de todo lo negativo.

A los 5 días los Flores, se han divertido demasiado, la han pasado muy bien, el comportamiento de los empleados ha sido excelente, atento hasta el mas mínimo detalle pareciera que estaban en el huerto del Edén, ademas que no es muy costoso, todo es una maravilla, pero en un par de días tienen que regresar a Madrid, a la realidad, de un pais que trata de tener unos cimientos sólidos de democracia, que puedan perdurar en el tiempo, no volver nunca mas a la dictadura que le generó estrés a todas las familias españolas, en consecuencia el retorno de los Flores es algo triste, para apaciguar la melancolía en unos de los salones del chalet hay un tocadiscos, Carlos puede notar que el disco de su cantante favorito Julio Iglesia esta encima del aparato, colocarlo es tarea sencilla, al escuchar la música de Julio crea de nuevo su propia introspección, olvidándose de nuevo de lo negativo.

Año 2019, han pasado 37 años, ya Carlos y Sofía pasan los 60 años de edad, su hijos estan en edad adulta, con su vida a parte, curiosamente no regresaron mas a ese chalet que les encantó, solo queda la nostalgia, aunque no debería ser asi porque la vida es cíclica, de etapas, pero la pareja es humana, tratan es de canalizar esos recuerdos como algo positivo, que les dibuje una sonrisa en sus rostros, los buenos recuerdos son el combustible del alma y de la mente.


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