Las últimas reformas laborales han ido encaminadas a favorecer a la clase que tiene el poder en una relación laboral. Quienes no necesitan vender su fuerza de trabajo para sobrevivir tienen multitud de ventajas sobre las y los trabajadores por cuenta ajena. Es muy difícil hablar en la terminología que tanto gusta a los liberales de los partidos del régimen.
La libertad no existe porque quienes trabajamos para vivir no estamos en las mismas condiciones de quienes pueden encontrar sustituto al día siguiente de habernos despedido. En cambio, cuando somos despedidos, con la actual coyuntura económica y con un mercado de trabajo de reserva desempleado desesperado, quienes contratan imponen unas condiciones perversas para la dignidad de la clase trabajadora. En un mercado laboral justo habría que proteger a la parte más débil y la que tiene menos poder porque, es éste, mal utilizado, el que permite aprovecharse de las situaciones en su propio beneficio.(Habría que cuestionarse también en qué momento de la historia perdió la clase trabajadora su poder para poder canalizarlo hacia una mayor justicia y qué concesiones hemos ido haciendo que nos han traído hasta aquí. Así como las formas para recuperar el poder y la dignidad)
No se trata de acusar a quien tiene que venderse por necesidad, aunque sí de denunciar las estructuras que permiten, toleran y son cómplices de que se vayan deteriorando estas condicione hasta dejar de ser humanas, en aras a la competitividad, la calidad, la flexibilidad, la productividad, palabras que los neoliberales se han encargado de pervertir y apropiarse para beneficio propio. Se trata de no permitir que se introduzca en nuestras mentes el discurso del sistema de trabajar más y cobrar menos y despertar un discurso social que permita hacer del trabajo un medio de vida digno donde poder desarrollarnos profesional y personalmente o por lo menos un medio de subsistencia. Esto incluye también mayor solidaridad de clase, con los trabajadores del sector público, con los trabajadores por cuenta propia que están sufriendo en sus propias carnes las consecuencias de esta crisis, con quienes trabajan en sectores privados o concertados para establecer alianzas que permitan luchar contra los culpables de esta estafa que legitima una política perniciosa para la mayoría.
Denunciar las estructuras y transformarlas para conseguir hacerlas más justas, porque hay simiente para la lucha que permite despertar las conciencias adormecidas, organizar a quienes permanecen ocultos para no ser castigados, aglutinarnos en torno a lo fundamental para vencer al modelo injusto de vida que quieren imponernos. Como decía el lema de la X Asamblea de IU: Transformar la movilización en organización, la rebeldía en alternativa y la alternativa en poder.
Este chantaje continuo de quienes manejan el poder del empleo y en especial de las grandes empresas y de las administraciones sumisas al poder económica y financiero tendría que modificarse. Podríamos citar a Renault y la central nuclear de Garoña(Iberdrola+Endesa).
Respecto a Renault no podemos plantear como positivo un acuerdo que precariza las condiciones laborales de los trabajadores de FASA, donde se van a realizar contrataciones en condiciones socio-laborales más precarias que las actuales, lo cual permite a la empresa reducir sus costes laborales con el beneplácito de las Administraciones y con nuevas subvenciones directas que no condicionan el tipo de empleo que se genera. Este continuo esfuerzo para la clase trabajadora implica trabajar más días, lo cual disminuirá la cantidad de gente que trabaje, cobrar menos, todo ello después de un acuerdo en 2009 que la empresa ha sido incapaz de cumplir. El plan de industrialización es un chantaje que la empresa presenta en un momento en el que el shock de la desaparición de esa empresa sería muy fuerte para la zona de Palencia, Valladolid y Sevilla.(Aunque hay que ser conscientes que la empresa cuando considere que las condiciones de otros países son más favorables para ella ser irá.)
Hablando de chantajes no podemos dejar de citar a la Planta nuclear de Garoña que chantajea al Gobierno con que no va a poder pagar un nuevo impuesto:¿Por qué si los beneficios son privados tiene el estado que hacerse cargo de los residuos radioactivos? Porque lo privado exige la privatización de la parte más rentable del proceso de generación de energía nuclear y la socialización de las pérdidas. La energía nuclear solo puede ser rentable así. El Gobierno en lugar de buscar alternativas para la comarca y empezar a realizar un plan que potencie la actividad económica de la comarca o se está condenando a la desaparición en la misma medida que se condena a la despoblación a amplias zonas de Castilla y León ante la dejadez de la Administración Autonómica y central incapaz de plantear planes alternativos. Y que incumple sus compromisos de potenciación de un plan para la comarca.