
Sin embargo, esta vez han encontrado un obstáculo algo difícil de esquivar. La organización de consumidores "Public citizen", uno de los grupos de presión más importantes en Estados Unidos, ha lanzado una campaña contra los screenings de Healthfair. ¿Qué han hecho? Pedir a la Joint Comission que investigue si la empresa está acreditada o no. Además, han solicitado a los 20 hospitales que ofrecen este chequeo que dejen de hacerlo. El motivo es obvio: puede generar más daño que beneficio a los pacientes, busca sobrediagnosticar a la población y además son pruebas muy concretas que deben solicitarse si existe algún riesgo y no como algo genérico. La carta remitida a los hospitales es muy interesante.
Las estrategias de marketing de este tipo en España, ¿cumplen con la normativa sobre servicios sanitarios? ¿Debe haber una prescripción profesional previa para un chequeo o cualquier persona debe ser autónoma para pedir una prueba diagnóstica? ¿Se informa al usuario/paciente de los riesgos de este tipo de pruebas? Lógicamente, no podemos pasar de un entorno como el actual a otro de alta regulación de la actividad sanitaria, pero ¿es ético ofrecer screenings y pruebas de cualquier tipo con todo lo que puede implicar?
¿Paternalismo frente a la libertad de decisión por parte del paciente? Un tema difícil, sin duda.
