Reflexiones
El chichi, mejor con vello y a lo loco:
Toda la vida el vello me han esclavizado. Sí, soy peluda. Aunque mi esteticista dice que no. Que yo soy de las normalitas; ni de lejos una clienta «Chewbacca». Lo que ocurre, es que tengo el vello muy oscuro y la piel muy blanca. Esa es la explicación técnica. La mía es que la naturaleza es muy cabrona, y me ha obsequiado con ese maravilloso contraste blanco-negro, folículos pilosos a mansalva y una extensión de piel considerable (no es lo mismo depilarse las piernas midiendo 1,50 que midiendo 1,73, como yo).
He sudado, he llorado, me he cortado (con la maquinilla de afeitar), me he achicharrado (con la cera caliente) y me he dejado parches de pelo (con la maquina de depilación). Por no hablar del dinero invertido en centros de estética. ¿Y todo eso para qué?
Yo soy de las que montan un circo y le crecen los enanos. O sea: soy gafe (solo con el tema vello).
Un buen día descubrí la depilación láser. ¡Yupiiii! Por fin algo que iba a acabar con mi espantoso sufrimiento; el de las almorranas lo puedes «vivir en silencio» (o eso es lo que decía el anuncio), pero el del vello no. Se habían terminado mis preocupaciones, esconder mis piernas, que parecían un campo de fútbol con el césped sin cortar, o mis sobacos, que lucían un par de madejas de lana negra cada uno.
En la imagen superior: Mujeres antes de la invención de la depilación láser (las llamadas Chewbacca).
Nota para los hombres o mujeres a las cuales la naturaleza las ha agraciado con piernas y sobacos sin vello: Hay que esperar a que el vello alcance cierta longitud para poder depilarte (si tienes mucho vello, usar maquinilla no es viable, créeme).
En fin, que harta de ir una semana depilada, y tres con barba incipiente, en piernas y alerones, decidí darle una oportunidad a la tecnología. Oye, ¡Y qué maravilla! La cosa mejoró de forma espectacular. Pude empezar a controlar mi Selva Amazónica yo solita, sin perder litros de agua (sudando) para salir a la calle sin que me confundieran con el amigo-mascota de Hans Solo.
El chichi arruinó mi alegría:
Solventar mi problema “velloso” me llevó algunos años, durante los cuales se tramó una moda, por llamarla de alguna manera. Un plan maquiavélico para joder a las mujeres y, de pasada, a los hombres. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí te la dejo:
Mecagoentodoloquesemenea. Ya tenía la “peludez” de piernas y sobacos solucionada, y se pone de moda llevar el chichi sin un puto pelo. Lo primero que me pregunté fue ¿quién es el listo al que se le ha ocurrido la idea? Seguro que era algún lobby de centros de estética, para tenernos esclavizadas de por vida. Estaba segura de que la cosa no iba a terminar ahí, y me preguntaba qué iba a ser lo siguiente. ¿Depilación de cejas al cero? ¿Ir sin pestañas? ¡ Es que nadie se había parado a pensar en la dificultad de conseguir un chocho como el de «la Barbie»!
A ver, tampoco quiero ser demasiado gráfica pero, ¡JODER!, que los chichis tienen pliegues y el vello se cuela por todas partes. Como se te ocurra poner cera ahí, y tirar, todo lo que cuelga te sigue como un chicle. ¡Solo con pensarlo se me pone el vello de punta! (el del potorro, porque en piernas y sobacos ya no tengo).
Y es que esta ridícula moda, ya se ha llevado a muchas por delante: pepes escaldados con cera caliente (¡Uyyy!), labios (los de abajo) cortados (no se curan con crema de cacao), forúnculos debido a infecciones (¡Ecs!). Y no sigo porque me estoy mareando…
Ante tal panorama, decidí dejarme el chichi con vello y a lo loco.
Razones por las que me niego a seguir esta moda:
• Para proteger mi integridad física. ¡No más coños escoñados! Si mi chichi tiene que quedar escocido, o dolorido, que sea a base de polvos, no por tirarle de los pelos.
• Pocos van a ver el resultado. Por regla general, habrá 4 personas autorizadas a ver mi chichi: mi esteticista, mi ginecólogo, mi pareja y yo misma. Me importa un pimiento que los dos primeros lo vean peludo. Y a los dos últimos nos gusta como está, porque… ¡donde hay pelo hay alegría!
• Hacer el amor con la luz apagada. Si me diera vergüenza la pelambrera, que no es el caso, podría elegir esta opción.
• Me niego a tener un chochete de adolescente. ¡Lo digo por los granos! (sí, a veces se infectan los poros y salen granos).
¿Me parece mal que las mujeres se depilen, ahí?
¡No! Me parece genial. Lo que me parecería mal es que se viera como algo imprescindible. Que cada cual vaya como le de la real gana. Es más, una de mis chicas de Amigas 4Ever, lleva una depilación de chichi en forma de corazón, de color verde.
El gráfico llega hasta 2015. Prefiero no imaginar cómo debe estar la cosa en la actualidad. A saber si ahora lo que se lleva son proyecciones 3D sobre el toto.
La idea se me ocurrió porque durante un tiempo regenté un sex shop online (esta es otra historia que te la contaré otro día, en otro post) y descubrí que hay plantillas para dar forma al vello púbico y tintes especiales para colorearlo. ¡La de cosas que se entera una!
Aunque yo, sigo a lo mío: con vello y a lo loco. ¿Y tú?
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Olga
Adicta al chocolate y soñadora. Me dedico a escribir por placer.
Amigas 4Ever: Ada
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Después de leer el libro, ya nada volverá a ser igual. El vello, adquirirá un nuevo sentido para ti. No te pierdas: Sapos Azules.Ir a la ficha del libro