Teniendo en cuenta que Disney está detrás de este drama deportivo pocas sorpresas nos va a deparar tanto en su planteamiento como en su desarrollo, ya que todo tiene que ir como marcan los cánones para que el sueño americano sea tan perfecto como lo venden. Lo peor es que para explicarnos algo tantas veces visto nos ofrezcan escenas alargadas, diálogos y situaciones previsibles y unas pretensiones épicas que no son capaces de erizarte un solo pelo. A menos que te guste mucho el béisbol o quieras disfrutar de Jon Hamm fuera de su hábitat natural de "Mad Men", pocas motivaciones hay para ver esta película.
Mi puntuación: 3/10