La mayoría de las personas no son felices mientras no hablen o critiquen a otro, para aquellos no le seria tan importante difamarlos, algunas veces a la victima le gusta, porque les hace muy importantes por el cual no les afecta, pero para algunas personas si, que llegan al borde de la depresión o desesperación de agresión.
Pero siempre hay un hipócrita que crea un chisme para que el chismoso lo difunda y el ingenuo lo crea sin resistencia. Los rumores solo termina cuando por fin, llega al oído de la persona inteligente, a ese corazón vacunado que ni atiende ni responde a lo que no tiene sentido. Esas personas tienen personalidad y autoestima alta e ignora toda critica. Y de esas personas son digno de admirar.
Los chismosos no saben ser felices. Están demasiado ocupados en camuflar sus amarguras en tareas vanas y superfluas donde validar inútilmente sus autoestimas.
«La lengua no tiene huesos y, sin embargo, es lo bastante fuerte para hacer daño y envenenar a través de chismes y rumores. Un virus letal que solo se aplaca cuando llega a oídos de la persona inteligente.»
La hipocresía se refiere al acto de afirmar creer en algo, pero actuar de una manera diferente, en otras palabras, alguien que finge ser lo que no es.
La biblia considera que la hipocresía es un pecado y hay dos formas en que se puede presentar:
Primero.- se dice creer en algo y luego actuar de manera contraria a esa creencia.
Segundo.- de mirar por encima del hombro a los demás sabiendo que nosotros mismos somos imperfectos.
Jesús dijo en el sermón del monte: «¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Hay personas que señalan a los demás como si fuesen perfectos y creen que nunca les ha de suceder el mismo problema o situación.
Por eso es de ser mas coherentes porque existe la ley de causa y efecto, el mundo da vueltas, uno no sabe para quien trabaja, ser mas racional e inteligente cuando quieres hablar de una persona, se más directo y díselo en su cara.