Revista Ciclismo
Al ciclismo se le puede considerar un deporte de equipo, un deporte en el que ciertas personas deben dejarse el pecho por una, el líder, que es el que se podría decir que tiene más posibilidades de ganar alguna competición. ¿Esto beneficia a todo el equipo o solo a unos? Pues vamos a examinarlo tras haber acabado el Tour. Luego entenderéis por qué después de que haya finalizado la ronda gala.
Suele ser común que se elijan a unos gregarios para que marquen el ritmo del líder, poniéndose en cabeza de pelotón en ciertas situaciones, metiéndose en escapadas con el líder… En definitiva, le hacen la vida al líder mucho más fácil. Pero no podemos pensar que hay un solo líder, debemos mirar correctamente a todos y cada uno de los corredores para saber si podemos dar algo de libertad a algunos otros que, de otra forma, estarían tirando de un líder, marcándole el ritmo. Deberíamos pensar mucho a quién se elige como gregario. Deberíamos mirar si este corredor ya ha empezado a destacar o, por el contrario, acaba de pasar, o aún no a acabado de aprender el oficio… Pero debemos evitar situaciones como la famosa entre Indurain y Delgado, donde el navarro tuvo que hacer de gregario del segoviano, cuando Miguel ya podía haber estado en el podio de París o mucho más delante de lo que estuvo, o como hemos vivido en este mismo Tour. Si bien Wiggins le metió una minutada a su gregario en la crono, Froome podía haber luchado mucho más en el resto de etapas de no haber sido porque debía ir marcando el ritmo a Wiggins, a la postre vencedor en el podio de París. Hay gregarios puros, que hacen su trabajo como ninguno, y otros que realmente deberían ser los líderes del equipo o, por lo menos, corredores con libertad. Así, todos tendrían muchas más oportunidades.
Pero creo que, como realmente debe ser, es como se hace en atletismo. En un equipo hay cuatro, cinco o los corredores que sean, y, cuando se da la salida, cada uno queda en un lugar de la clasificación, unos más adelante y otros más atrás, y, si vas con un compañero de tu mismo equipo, poder atacarle y saber que no se te va a caer el pelo porque estás haciendo algo normal en ese deporte.
En definitiva, o elegimos bien a los gregarios, o no se eligen bien a los gregarios, pero no vamos a hacer chapuzas. Ya bastante ha habido a lo largo de la historia del ciclismo por puros errores tácticos de este estilo. Ya sé que esto es trabajo del director y que el mismo lo pasa muy mal para saber a quién elegir, pero para eso es fácil mirar su progresión a lo largo de su etapa profesional, los logros o puestos conseguidos y algunas cosas que solo los directores saben mirar.