Toby Valderrama y Antonio Aponte
Los sistemas de dominación, la explotación de toda la sociedad por un segmento de ella, por una clase, se mantienen por ciclos que drenan las contradicciones sociales hacia acciones inocuas para el sistema de dominación. Conmoción social y restauración son los dos extremos de estos ciclos, entre ellos pendula la historia de los pueblos sometidos.Las etapas del ciclo tienen diferentes tiempos, pueden durar años, como pueden durar horas. Es así que se suceden periodos de acumulación de energía social, de descontento e incomodidad, hasta que estallan creando una situación revolucionaria, una turbulencia que debe ser estabilizada por una derivación hacia la restauración, protegiendo así al sistema.
A Fidel, a la Revolución Cubana, le pusieron la emboscada del ciclo socialdemócrata. El general eulogio cantillopropuso golpe para salir de batista. Urrutia fue otro intento, los dos fueron extinguidos en horas y la Revolución siguió su camino.
El ciclo socialdemócrata es uno de estos ciclos de dominación. Aquí, para no ir muy lejos, lo conocemos bien. La caída de pérez jiménez, agotadas las fuentes espirituales que le dieron soporte, abrió un ciclo, la sociedad entró en turbulencia y en gran posibilidad revolucionaria y, hay que decirlo, aunque algunos gaznápiros pongan el grito en el cielo, la posibilidad se perdió por molicie de la dirección revolucionaria de aquel tiempo. Funcionó entonces el ciclo socialdemócrata, y así aquella hermosa muestra popular de energía revolucionaria se decantó hacia el pacto de punto fijo. Se restauró el sistema capitalista en todo su esplendor.
El ciclo que comenzó con el pacto infame de punto fijo se agotó y entramos en una turbulencia que caldera no pudo sofocar. Así, llegamos al gobierno del Comandante Chávez y comienza el desarrollo de la posibilidad revolucionaria, sin embargo, el ciclo socialdemócrata nos amenaza a cada paso, desde afuera y desde adentro.
La rueda de la restauración comenzó su nefasto girar, golpes se sucedieron, se activaron los estamentos más reaccionarios de la sociedad, la meritocracia, la burguesía, dirigieron la embestida del sabotaje petrolero, pero todo fue en vano, Chávez resistió esa ofensiva. Aplicaron halagos, seducciones, traiciones, y todo fue en vano, Chávez resistió esas ofensivas. Al final tuvieron que matarlo, única forma de pararlo, y así, el ciclo, la rueda siguió girando.
Esa es la situación hoy, ese es el dilema de la Patria: ¿Se repetirá el ciclo? ¿Qué hacer para no sucumbir atrapado por el remolino de la restauración? Ese es el reto de los gobernantes y de la masa.
No estamos fantaseando, las posibilidades revolucionarias pueden ser atrapadas por el sistema que se quiere superar. La tentación de extraviarse en el camino revolucionario es grande, es sutil. Las seducciones del poder operan para el olvido del reto, entonces, los gobernantes se conforman con permanecer, con repetir la costumbre… ¡Es hora de una Revolución de la Revolución, estremecernos todos, retomar el camino, regresar a la pasión de los que construyen grandes sueños, desechar las ilusiones de un cómodo desarrollismo bobo, de ser seducidos por los cantos de sirena de “elevar las fuerzas productivas”, es hora de atreverse a romper el ciclo!
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