► Título: El cielo está en cualquier lugar
► Título original: The sky is everywhere
► Autora: Jandy Nelson
► Serie: Libro independiente
► Publicación: Mayo 2010
► Editorial: Everest
► Páginas: 350
► Precio: 14’95 €
Tras la muerte de su hermana mayor, Lennie está destrozada: le han robado su mitad, su eterna confidente, y no puede hacerse a la idea de que nunca más podrá volver a abrazarla, hablar con ella o, simplemente, verla. Se aferra a los recuerdos del pasado, se encierra en si misma y crea una muralla impenetrable a su alrededor, alejándose de aquellos que la quieren.
Ella intenta seguir adelante, sobreponerse al dolor, al igual que su abuela, su tío y Toby. Toby, el novio de su difunta hermana. Lennie y él se sienten cada vez más cercanos: comprenden el dolor del otro, la situación por la que están pasando, y hablan. Hablan, confiesan, recuerdan, se entienden, se besan… Y Lennie sabe que está mal, muy mal, porque es el Toby de Bailey. Y Bailey está muerta. Por otro lado está Joe: el chico recién llegado de París, el de las pestañas largas, la sonrisa dulce y la música mágica.
El cielo está en cualquier lugar es, sin lugar a dudas, una novela conmovedora. Jandy Nelson ha escrito una historia que derrocha ternura, dolor, melancolía y fuerza. Es un libro lleno de sentimientos encontrados por parte de una protagonista que debe aprender a superar la adversidad, el dolor de haber perdido a un ser querido, y enfrentarse a la vida. No es un dramón, pues tiene sus dosis de humor y mensajes positivos, pero servidora ha soltado alguna que otra lágrima y se ha emocionado. Porque si, como yo, habéis tenido la mala suerte de vivir una pérdida como la de Lennie, sentiréis su dolor como si fuese vuestro.
Dejadme decir que el libro tiene una edición realmente bonita (se lo han currado, se nota): al principio o al final de cada capítulo podréis encontrar poemas que Lennie escribe sobre cómo se siente, sobre cómo lleva la muerte de su hermana, etc., ya sea en un cuaderno, en el envoltorio de un caramelo o en la corteza de un árbol. Con esos poemas, un buen ritmo que se mantiene y capítulos bastante cortos, el libro se lee realmente rápido.
La narración de la autora es fluida y sagaz, atrapando al lector cuando quiere y haciendo que se sienta parte de la historia desde el principio. El primer capítulo llega un poco de sopetón, pues para entonces Bailey ya ha muerto, así que cuesta un pelín introducirse en la historia: eh, que todo es acostumbrarse, porque a mi se me hizo muy adictiva. Además, me ha gustado que Jandy Nelson hable del sexo sin tabúes, que lo presente como lo que es: algo natural, tocando el tema sin medias tintas, pero sin vulgaridades de por medio.¿Qué decir de los personajes? La familia de Lennie es curiosa, algo extravagante, pero todo un amor (por ellos, la temática de la historia y el papel que tiene la música en el libro, a ratos me recordó a Si decido quedarme, pero sólo un poco). No diré mucho sobre los pretendientes al corazón de Lennie: cada uno tiene ese algo que puede conquistar a nuestra protagonista, pero prefiero que los conozcáis leyendo el libro. Ah, y ahora es el turno de la estrella del libro; Lennie, Lennie, Lennie (como diría mi querido Leo): me encanta que hayas madurado con el paso de las páginas. Es un personaje bien elaborado, con sus más y sus menos, pero una buena protagonista: evoluciona, crece y aprende: como debe ser. Bravo.
Jandy Nelson ha creado una historia llena de belleza y emociones, escrita con una pluma directa y avispada que habla de los sentimientos más humanos, del dolor de perder a alguien querido y seguir adelante, de la felicidad y de esos recuerdos que nunca se olvidan ✿
· Con la colaboración de Everest ·