“Cuando sale una película, es una mirada acerca del mundo, de la vida misma, de las relaciones entre las personas”
“Filmamos lo que no se suele ver, lo que no se quiere ver”
Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne
A inicios del presente año vi la película “El niño de la Bicicleta” de los Hermanos Dardenne. Era la primera película que veía de ellos. Quedé impactado. De inmediato me tracé como meta ver sus anteriores películas, es que tanto talento en un filme puede ser indicador que los anteriores filmes sean también muy buenos, no me equivoqué.
El cine de los Dardenne tiene dos características para resaltar: La primera es el manejo de la cámara, esta acompaña al personaje central de la obra de cerca. Es decir, el espectador siente que es un acompañante de la historia del personaje, conforme avance la película vamos a creer que lo conocemos a fondo al personaje porque estamos viviendo una aventura con él, sin embargo (como los seres humanos en la vida real) nos sorprende con sus decisiones finales. La segunda característica es la actuación tan verídica de su equipo de actores. Mucho influye la confianza depositada en 3 actores que los vamos a ver a lo largo de sus filmes (los vamos a ver creciendo e inclusive engordando y envejeciendo), estos son Olivier Gourmet, Jérémie Renier (el Jean-Pierre Leaud de los Dardenne) y Fabrizio Rongione. Son tan versátiles que pueden pasar desde un personaje idealista y bueno hasta uno malvado y perverso. La fuerza interpretativa de los 3 hace que creamos en sus historias, que nos pueden pasar a nosotros o al de mi costado o al vecino o a ese que camina por la calle ahorita.
En todas sus películas vemos la vida, así tal como es, sin engaños. Por eso siempre a lo largo de todos sus filmes aparecen niños y/o adolescentes (los cuales reflejan la inocencia). Nos enfrentamos a la sinceridad de las historias (un personaje se puede tirar un pedo sin querer queriendo y otro siendo adulto puede jugar como un niño, esto ocurre en la vida y todos los días). Una vez que terminamos de ver una película de los Dardenne nos invade la sensación de reflexionar, de pensar en nosotros y en nuestro prójimo, de reflexionar en cómo se anda conduciendo nuestra sociedad. Podemos ser mejores seres humanos, todo depende de nosotros.
La Promesa (La Promesse) (Dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne – Bélgica/Francia 1996)
Igor
(Jérémie Renier) es un aprendiz de mecánico. En sus ratos libres se dedica a
ayudar a su padre Roger (Olivier Gourmet) en el alquiler de departamentos a
ilegales. La verdad es que a Igor más le interesa ayudar a su padre porque este
le enseña las mañas (mentiras incluidas) para ganar más y más dinero a costa de
estos clandestinos individuos. Finalmente Igor abandona a su maestro mecánico y
se dedica de lleno a las actividades de su padre. Todo parece marchar sin
sobresaltos, los sueños de Roger parecen encarrilados (está ganando buen
dinero) y en cuanto a Igor es feliz haciendo del chulillo de su padre. Sin
embargo, una mañana que los inspectores de trabajo hacen batidas para encontrar
ilegales en los edificios, uno de los ilegales cae desde lo alto de una
escalera en su desesperación por no ser encontrado. Igor, que ha avisado a
todos, escucha un ruido y va a buscarlo, al encontrarlo, este hombre se
encuentra tirado en el piso y ya moribundo le dice: “Mi mujer…. Mi hijo… cuida de ellos”. El hombre fallece. Pronto la
vida y las relaciones padre-hijo (Roger-Igor) cambian bruscamente a raíz de la promesa
que le han hecho jurar al muchacho.
Rosetta (Dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne – Francia/Bélgica 1999)
Rosetta
(Émilie Dequenne) es una muchacha desconfiada, reactiva, agresiva, terca,
orgullosa pero también ordenada y cumplidora de su deber. Sin embargo, la han
botado de su último empleo según dice su jefe porque ha terminado su periodo de
prueba, ella no cree en esas palabras. Para Rosetta una compañera de trabajo ha
hablado mal de ella, la ha jodido. Lo peor es que su madre es alcohólica y enfermiza.
Rosetta tiene una gran carga en sus hombros, sólo le queda buscar otro empleo y
quedarse, ya lo eventual no le conviene en absoluto. Ella debe conseguir un
empleo y para ello es capaz de todo. Es en esas circunstancias que conoce a
Riquet (Fabrizio Rongione), un tímido vendedor de gaufres, que le ayuda a
conseguir un empleo con su Jefe (Olivier Gourmet) en la elaboración de estos
deliciosos alimentos. El empleo, no le va durar mucho a Rosetta y este va ser
el motivo para que ella tome una decisión inesperada con tal de no quedarse sin
nada, esta decisión inclusive puede afectar a quienes más la quieren.
El hijo (Le fils) (Dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne – Bélgica/Francia 2002)
Olivier
(Olivier Gourmet) es maestro de carpintería en un Centro de Reinserción Laboral
para adolescentes. Es un tipo dedicado, medio perfeccionista y detallista. Su
matrimonio había terminado hacia un tiempo y es por eso que invierte todas sus
energías en la enseñanza de aquellos jóvenes que todavía tienen esperanza en
poder servir de manera correcta a la sociedad. La llegada del adolescente
Francis (Morgan Marinne) cambia el comportamiento de Olivier. El muchacho es
enviado al área de soldadura y a Olivier se le da por andar fisgoneando los
movimientos del muchacho, no se entiende porque lo hace. Es más pide al Centro
que lo pasen al área de carpintería para tenerlo a su cargo. Francis comienza a
admirar la destreza y el dominio de la carpintería que muestra su maestro
Olivier, lo que no sabe es el secreto que tiene este último respecto de él. El día que lo descubra será impactante.
El niño (L’enfant) (Dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne – Bélgica/Francia 2005)
Bruno
(Jérémie Renier) tiene por novia a Sonia (Déborah Francois). El amor de ellos
consiste en correr, saltar, jugar a las chapadas, ponerse cabes, morderse y
abrazarse sin besarse (así el erotismo entre ambos es más intenso). Son
felices, más ella quien ha dado a luz un bebé al que le ha puesto por nombre
Jimmy, se muestra responsable y cariñosa con su hijo, en cambio Bruno
experimenta indiferencia ante el niño. Y eso es precisamente lo que le fastidia
a Sonia, esa muestra de medio amoroso e indiferente que es con la criatura. A
eso hay que sumarle que Bruno es líder de una banda de raterillos. Añadir
también que Bruno es ocioso y embustero, al parecer por naturaleza. Si se trata
de ganar plata rápida, Bruno es el primero en idear como hacerlo. A él,
realmente, sólo le interesa su beneficio propio y es por eso que se le ocurre
una idea trastornada para obtener mucha plata a través del uso de su pequeño
hijo.
El silencio de Lorna (Le silence de Lorna) (Dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne – Bélgica/Francia 2008)
Lorna
(Arta Dobroshi) trabaja en una lavandería y está a punto de obtener la
nacionalidad belga. Para lograr dicho propósito se ha casado con Claudy
(Jérémie Renier), quien es de esa nacionalidad. Es un matrimonio por
conveniencia donde ella le ha dado un dinero, primero por contraer las nupcias
y luego le tiene que entregar una una cantidad mayor para separarse. Claudy es
drogadicto y quiere salirse de ese mundo de la heroína, piensa que Lorna puede
ser su gran ayuda. Le clama siempre desesperadamente para que le quite las
llaves de la casa cuando sabe que le vienen ganas tremendas de buscar la droga.
Le ruega a Lorna que se quede en casa para preparar una comida rica o para
jugar a las cartas. Claudy empieza a convertirse en un hombre nuevo, un hombre
que sonríe, Lorna sin querer le está dando el amor que él necesita tantísimo.
Lorna también está sonriendo. Sin embargo existe una persona en la vida de
Lorna, Fabio (Fabrizio Rongione), que tiene otros planes para el futuro, tanto
sentimental y laboral así como para la nacionalidad de Lorna.
“El silencio de Lorna” es una película impactante con una escena final demoledora. Para muchos la gran obra de los Dardenne.
