Hay multitud de cosas que marcan nuestra infancia, que definen lo que seremos, nuestros gustos, nuestro sentido del humor, etc. Y una de ellas, sin duda, es el cine que vemos de niños/adolescentes. Creo que no es una locura afirmar esto. Estoy convencida que yo no sería quien soy (vale quitémosle dramatismo), no me gustarían las mismas cosas o quizás mi imaginación desbordante no sería lo mismo sin esas películas, sin esa música, sin sus historias, que nos hicieron volar y creer que todo era posible.
El caso más claro para mí es: Regreso al Futuro. Igual ahora, con toda la mega tecnología 3D, y dolby surround, pueda parecer pobre, pero para mí, que queréis que os diga, me sigue encantado.
No os exageraría si os dijera que la he visto más de diez veces, e incluso, puedo que veinte. Pero aquella primera vez en casa, con las cintas VHS de la época (que recuerdos), aluciné con cada detalle. Y es que, parece mentira, pero es de las pocas películas que tienen, totalmente, sentido. No hay despuntes, todo cuadra y se sincroniza a la perfección. Y contando con que es una trilogía, la cosa tiene su mérito. Y es que a mí me hizo soñar tanto...
¿A quién no le gustaría poder viajar en el tiempo? ¿A dónde irías si pudiese elegir? ¿Salvarías a alguien, matarías a alguien? Regreso al Futuro abrió, de par en par, las puertas de mi imaginación, y a partir de ella me aficioné a la ciencia ficción, a los imposibles e inimaginables. Y fue entonces cuando quise descubrir más posibilidades, más horizontes lejanos. ¿Qué habría sido de mí sin esa película? Pues bien, os lo diré. Actualmente, no sólo soy aficionada a este tipo de cine, sino que me gusta escribir sobre ello, me entretengo y me hace feliz. Eso ya sería mucho, pero mi obsesión por saber más, llega al punto de ver documentales sobre agujeros negros, agujeros de gusano... Y es que eso de viajar en el tiempo me fascina. Interestelar, la película de Christopher Nolan, que también trata este tema, es otra de mis películas de cabecera.
Más allá de lo que conocemos. ¿Seremos capaces alguna vez de conseguirlo?
Particularmente mientras más temas complicados, enrevesados, que te hagan pensar y discutir con tus allegados, más me engancho. Por eso, libros con Amanecer Rojo de Pierce Brown, que te brinda la posibilidad de ver un mundo en Marte, o Hijo Dorado, su segunda parte (la cual estoy acabando), te dan la posibilidad de imaginar un mundo totalmente distinto, e increíblemente, posible. En un principio no se pensaba ni de lejos visitar otros planetas, pero fuimos a la Luna, y más adelante enviaran a personas a Marte. Por lo que no es del todo locura que dentro de muchos años podamos viajar sin necesidad de aviones.
Me resulta un tema fascinante, y cuando una película tan entretenida como Regreso al Futuro te da esa opción... No puedo pedirle más. A parte, cada escena, cada historia dentro de la historia es perfecta. Que de repente conozcas la vida de tus padres antes de que estuviesen juntos, que puedas verles tal cual eran, que te topes con peligros y llegues incluso a pisar, ver y oler el lejano oeste... No tengo palabras para describiros un film tan especial. Porque si no la habéis visto, no sé que estáis haciendo. Es un clásico del cine, que nunca te cansas de ver (algo parecido a lo que me pasa con la serie Friends).
Por eso, cuando oigo sandeces de la altura: el cine sólo es un mero entretenimiento barato, que no merece la pena luchar por mejorarlo, me lleno de incomprensión. Porque para mí es arte, único y puro, como lo es la literatura, la música, etc. Y hay que luchar por ese mejorar del cine, por llegar a conseguir lo que consigue Hollywood.
¡Larga vida a MARTY MCFLY!