¿Qué diferencia realmente el cine actual al de los clásicos en blanco y negro de mitad de siglo? Sin duda la originalidad, porque las historias estaban visualmente por contar.
Hay un antes y un después tras “El cantante de jazz” (primera película sonora de la historia). Atrás habían quedado Charles Chaplin (“Luces de la ciudad) y Buster Keaton (“El maquinista de la general), con sus pintorescas historias gesticulares repletas de humor y ternura, y una variedad de films venidos de Europa, en especial de Alemania, como “Metrópolis”, “El acorazado Potemkin” o “Nosferatu”, que serán recordados por siempre como las joyas del cine mudo.
Pero la implantación del sonido dio origen a un nuevo cine, mucho más técnico y profesional, en el que unos guiones mucho más reales y explícitos, la diversidad de planos fotográficos junto a la utilización del travelling, una cuidadosa descripción de los personajes que resultaban más creíbles, o la incursión de magníficas bandas sonoras, formarían lo que hoy en día conocemos como clásicos del cine en blanco y negro.
Géneros como la comedia romántica o el cine negro, lograron acaparar la atención del espectador que llenó las salas y, a la vez, enriqueció a la Metro, Paramunt, Fox y Warner, los grandes estudios cinematográficos del momento. Los mejores directores (Hitchcock, Wilder, Welles, Curtiz), los actores (James Steward, Gary Grant, Bogart, Marlon Brandon), y las actrices (Marilyn Monroe, Hepburn, Bette Davis), entre otros, fichan por las grandes productoras con contratos millonarios y en exclusividad, estrenando películas de gran calidad como “Ciudadano Kane”, “Eva al desnudo”, “Laura”, “Casablanca” o “Psicosis”. Era la década de los años 40 y 50, y Hollywood, se había convertido en la capital mundial del celuloide y del gramour.
También es justo incluir en este breve repaso al cine en blanco y negro, nombres de tan ilustres directores y actores como John Ford, Howard Hawks, John Wayne, Los hermanos Marx, Fred Astaire, Ginger Rogers o Gene Kelly, que también lograron un rotundo éxito en géneros tan populares en la época como el musical, el humor y el western.
Y para terminar, haciendo un símil pugilístico y desacreditando un tanto la pregunta inicial, planteo tres combates entre el ayer y el hoy de difícil evaluación: “Casablanca” versus “Los puentes de Mádison”, “Doce hombres sin piedad” versus “Cadena perpetua”, “Psicosis” versus “El resplandor”.
Para mí ninguna gana por KO, aunque quizás sí a los puntos… Nada, los declaro combates nulos.