El Circulo Vicioso de la Educación y un Desarrollo Truncado

Pablo Ferreyros QuiñonesColumnista

Algunas semanas atrás, Modesto Montoya, físico y director del IPEN (Instituto Peruano de Energía Nuclear) escribió un artículo en la editorial de El Comercio hablando de la importancia de la educación y especialmente de la educación científica; un tema casi olvidado por nuestras autoridades. Empleó el término "analfabetismo científico" para referirse a lo que está ocurriendo, explicó lo importante que era la educación científica para el desarrollo e hizo un pedido a las autoridades para que se preocuparan más por esta. A la semana siguiente Tomas Unger (periodista científico) escribió otro artículo, por el aniversario de la UPCH y en el mismo periódico, en el que también hablaba sobre la importancia de una buena educación para el progreso de nuestro país y sobre la falta de técnicos de mando medio. Denunciaba asi mismo la existencia de tantas universidades poco serias que estafan a los alumnos dándoles un título profesional que no les va a servir de nada.
Estos dos artículos parten de una problemática común: el Perú está ante una crisis de la educación, tanto por el reciente surgimiento de muchas universidades poco serias como (y esto es lo más preocupante) por la desidia del estado ante la educación escolar, la cual nos lleva a ocupar un vergonzoso segundo puesto nivel latinoamericano en la cantidad de alumnos que repiten por año (24%) y un último puesto en gasto público para la educación primaria.
Actualmente en el Perú estamos viviendo una especie boom económico en el cual nuestros índices de desarrollo anual se mantienen arriba del 5% y, según Christine Lagarde, somos uno de países en la región que mejor afrontaremos la crisis internacional en el año 2012.Ya hemos tenido una bonanza parecida, esta ocurrió en el siglo XIX y fue la conocida fiebre del guano. Al igual que esta, nuestra actual situación económica se basa en la extracción de materias primas, la diferencia esta en que ahora nos hemos desarrollado en varios sectores (sobre todo en la minería) pero, al igual que hace más de un siglo ahora corremos el riesgo que que este bienestar pase rápido y sin ayudar al futuro del país.
Para evitar que esto ocurra tenemos que priorizar las inversiones en educación, rubro en el cual estamos muy por debajo de otros países de Sudamérica. La educación es un aspecto fundamental en el desarrollo de una nación por que permite que sus habitantes contribuyan a su desarrollo y los hace partícipes de este, debemos recordar que estamos en una buena situación económica por la extracción de materias primas, que se acaban; por lo que (al igual hicieron que los países que hoy son desarrollados) debemos de utilizar el dinero que tenemos gracias a este boom momentáneo para crear un desarrollo a largo plazo por medio de la educación e industrialización.
Hasta hace algunos años esta idea no era más que una utopía completamente inviable pues teníamos un déficit millonario (que hizo al Perú declararse oficialmente en quiebra ante sus acreedores internacionales) y había que resolver antes el doble azote del terrorismo y la hiperinflación. Sin embargo estos problemas se solucionaron el los noventas (nos guste o no la forma en que los solucionaron) y hoy en día, con veinte años de crecimiento gracias a un modelo económico derechista, el Perú tiene un superávit y dinero suficiente, no para despilfarrar en populismos, pero para invertir en gasto social moderado y sobre todo en educación. Por dar un ejemplo, el dinero del canon minero va en un cincuenta por ciento a las regiones que no saben que hacer con ella y la devuelven al gobierno central o la malgastan en obras innecesarias, como es el caso del alcalde de un pueblo de la sierra centro que mando a construir un enorme complejo de piscinas públicas. Ese dinero podría ir directo al presupuesto de educación para que los hijos de esos mineros puedan ser profesionales (o al menos alfabetos) y el Perú pueda pasar a las actividades industriales, que generan mayor valor agregado a los productos de exportación, antes de que se acaben los minerales.
Ahora que el dinero no es un impedimento el lector se preguntará: ¿Porque entonces el estado no invierte en educación? Pues por que a los gobernantes simplemente no les conviene invertir en educación. Lo que ocurre es que si un presidente hiciera un plan efectivo para contribuir con la educación de acá a algunos años la gente sería más culta y mejor preparada y, por lo tanto, más difícil de engañar. Como nuestros políticos están acostumbrados a mentirle a la gente saben que en un caso como este no podrían robar con impunidad o hacer gobiernos desastrosos; es más, ni siquiera ganarían las elecciones pues ya no podrían ganar votos regalando polos o dando un discurso populista e incoherente pero que suena bonito. Ante tantos inconvenientes los políticos prefieren no invertir en educación para mantener una masa ignorante que siga votando por políticos como ellos... y así seguimos, en el círculo vicioso de la educación peruana. El problema de la educación, no obstante, no se resuelve solo con dinero sino que requiere buenos profesores y exige al estado ciertas medidas impopulares como realizar inversión a largo plazo 0 no dejarse manejar por la SUTEP. A la necesidad de poner medidas fuertes, podríamos aplicar análogamente (aunque exagerando un poco) lo que dijo Orson Welles sobre el renacimiento: "En Italia tuvieron guerras, terror asesinatos, matanzas..., pero produjeron a Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza tuvieron un amor fraternal, quinientos años de democracia y ¿que produjeron? ¡el reloj de cuco!"