Revista Cine
Abraham Sánchez Espinoza (@Buster_Chaplin en twitter) propone:
No tener madre: No hay nada más cruel que comenzar una cinta con un niño perdiendo a su madre, sobre todo cuando se trata de una cinta infantil por la que los niños, asustados, preguntan a sus padres qué demonios ha pasado con la mamá, a lo cual los padres, consternados, no saben qué contestarles en medio de los lloriqueos de los otros niños, la sorpresa de otros tantos y el rostro de incredulidad del resto.
Los chicos de PIXAR logran esto en Buscando a Nemo en algo que no se acusa de cliché, a pesar de ser un lugar común que sirve como detonante para un buen número de tramas en las que el papá viudo -que, por supuesto, no tiene idea de cómo lidiar con la situación- debe cuidar a su hijo.
Si alguien sabe de esto es John Cusack, pues en Una Muerte Inesperada (¿pero si es cliché, qué tiene de inesperada?: mejor le hubieran puesto Grace Is Gone) su esposa muere en la guerra y el ahora viudo incapaz de contarle la verdad a sus dos hijas, decide llevarlas a un ansiado viaje a un parque de diversiones mientras decide cómo darles la noticia de que su mamá se ha ido, ante la consternación de una y la alegría de otra, todo con melancólica música de Clint Eastwood.
Ese mismo año el propio Cusack protagonizó la cinta del inolvidable niño marciano en Nadie Te Quiere Más que Yo (Martian Child), en la que, luego de quedar viudo en medio de plena adopción, decide ir al orfanato a avisar que debido a la muerte de su esposa ya no quiere cuidar de un chamaco que ni de su familia es. Pero este escritor de ciencia ficción no puede evitar sentir el llamado paterno cuando observa en el orfanato a un niño que asegura ser de Marte. Y sí, este nuevo padre adoptivo alentará las fantasías del niño para ayudarlo a ser “normal”, aunque quizás el niño sí sea de Marte.
Los hijos traumatizados muchas veces tampoco saben cómo lidiar con el problema, causándole dolores de cabeza al padre como sucede en Los Poseidos (Janghwa, Hongryeon), en el que la niña sale de un hospital psiquiátrico para encontrarse que su papá tiene nueva novia, por lo cual la niña intentará cuidar de su hermana mientras le hace la vida de cuadritos a su papá y a su nueva futura madrastra, en una casa donde se aparece un fantasma.
En el remake de esa cinta sale Emily Browning, quien también pierde a su mamá en Sucker Punch y es enviada al psiquiátrico (otra vez), pero ahora por su padrastro (digo, pa' variarle un poco) para que le laven el cerebro y éste pueda quedarse con la herencia. Y si uno lo piensa, ¿no pasaba lo mismo en Lemony Snicket's: Una Serie de Eventos Desafortunados, protagonizada por la propia Browning ?.
En fin, estos niños traumatizados no necesariamente siempre tienen que luchar contra zombies nazis para escapar del psiquiátrico o atormentar a su madrastra luego de salir de él. Algunas veces, cuando ellos se culpan por matar a su mamá, pueden dedicarse a cuidar abejas como sucede con Dakota Fanning en Sabor a Miel (The Secret Life of Bees) u observan al fantasma de la madre mientras el irresponsable padre interpretado por Colin Firth se las lleva a vivir a otra ciudad donde son torturadas por su hermana mayor, como sucede en Génova. Y es que si lo pensamos bien, cuando le disparas a tu mamá por accidente o cuando le tapas los ojos mientras va manejando provocando el accidente que causó su muerte, uno sí ha de quedar bastante tocadiscos.
En Sin Ella, es el ahora padre soltero el loco que ve el fantasma de su ex-mujer mientras intenta cuidar a su hija adolescente y a su hermano menor. El twist aquí es que el padre, un productor televisivo interpretado por Luis Roberto Guzmán, ya estaba divorciado de su mujer cuando ella muere, por lo que sus hijos se van a vivir con él aunque no tenga tiempo de atenderlos, por lo cual ellos prefierirían vivir con su padrastro. Pero si a usted no le agradan los productores televisivos, puede escoger como alternativa al chef gay de Fuera de Carta, quien se entera de que tiene dos hijos luego de la repentina muerte de la madre. Él, por supuesto que tampoco tiene tiempo para ellos, pues cuidar tu restaurante y ligarse al vecino futbolista del cual está enamorado tu mejor amiga consume bastante tiempo.
En Rock Marí la madre se petatea y como no hay papá que la cuide, la niña, muy quitada de la pena, decide irse acompañada de su amigo Baqueta a buscar a su abuelo para que le enseñe música y pueda ingresar a un concurso de bandas de rock. Claro que al abuelo poco le importa la nieta que no conocía debido a una vieja riña con su rebelde hija. Y si usted quiere irse más atrás en el cine nacional, podrá recordar como Pedro Infante en Pepe el Toro queda viudo, por lo que para cuidar de la ya no tan joven Chachita, le entra al boxeo.
Lo cual nos lleva a la versión más reciente del cliché en Todo lo que Tú Quieras, cinta española en la que el padre viudo, con tal de ayudarle a su hija a superar la pérdida, se trasviste de mujer y finge ser la mamá muerta por las noches, todo sea con tal de ayudar a la niña. Sí, leyó bien: el papá se viste de mujer para que su hija no extrañe a su mamá. No me lo estoy vacilando: de verdad que de eso se trata el asunto.
A veces las cosas terminan mal, otras no tanto. Y es que si la mamá se muere al principio de la película, tenga usted por seguro que el padre pasará un mal rato tratando de cuidar a sus hijos, tomando malas decisiones mientras éstos quedan traumatizados peor que los niños que observaron Buscando a Nemo. Pero, bueno, si los papás de esos niños ya habían quedado traumados con Bambi, uno entiende mejor por qué las malas decisiones vienen de ambos bandos. Lidiar con la muerte está canijo. Si no fuera así, no tendríamos ninguna de estas películas.