El club

La filmografía del director Pablo Larraín está marcada casi en su totalidad por una gran implicación social que le lleva tanto a denunciar horrores del pasado de su país como algunos más actuales y que, por desgracia, se encuentran muy presentes en las noticias diarias. La dictadura de Pinochet tiene un papel destacado en el cine del chileno, en Tony Manero y Post Mortem muestra la represión y los crímenes realizados durante la misma, mientras que en No aborda el fin del régimen, trabajo que le valió una nominación a los Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa. En su última película, El club, Larraín vuelve a abordar un tema terrible, en esta ocasión de rabiosa actualidad.
En un pequeño pueblo costero se encuentra un gran caserón en el que se esconden cuatro antiguos curas. Están vigilados por la atenta mirada de una celadora, ya que su retiro tiene como finalidad que reflexionen sobre sus terribles pecados y que traten de expiarlos. Con la llegada de un quinto miembro, la presencia de estos curas comienza a llamar la atención de algunos de los habitantes del pueblo, por lo que serán investigados para comprobar si la casa de reclusión realmente está cumpliendo su función.
En 2006 Amy Berg estrenó Deliver Us From Evil, un documental sobre la pederastia en el clero que contiene algunos de los testimonios más escalofriantes jamás grabados sobre este tema; a pesar de tratarse de ficción, algunas escenas de El clubrecuerdan a este documental por lo dolorosas que resultan. El club habla de los terribles crímenes que pueden llegar a cometer algunos curas y de como la iglesia como institución se encarga de tapar sus huellas, de esconderlos e impedir que los casos lleguen a los medios de comunicación y que terminen siendo procesados; habla de las secuelas que dejan en sus víctimas, de la culpa y de la negación de la misma, habla de los horrores que puede encerrar el ser humano, y lo hace sin concesiones, de una forma cruda, impactante y desagradable.
La cinta de Larraín, sin lugar a dudas, deja poso. Es capaz de revolver profundamente al espectador y lo hace con verdadera inteligencia, sin mostrar nada explícito pero con unos diálogos y unos personajes escalofriantes. Su pulso narrativo logra un resultado hipnótico, si bien en algunos tramos de su metraje puede aparentar que se encuentra algo estancada, en todo momento flota sobre ella una sensación de desasosiego que mantiene alerta y a la espera de que la delicada situación que se presenta termine por explotar, de una u otra manera.
Cameo edita en DVD y Bluray esta magnífica película de Larraín, con muy buena calidad de imagen y sonido pero sin ningún contenido extra.