La antologías se llaman, por si estáis interesados en leerlas, "Última temporada" publicada por Lengua de Trapo y cuyo responsable es Alberto Olmos y "Bajo treinta", ofertada por Salto de Página bajo el criterio de Juan Gómez Bárcena. En la primera antología, Olmos ha escogido diez autoresy diez autoras nacidos entre 1980 y 1989 y les ha pedido un relato original para este libro en concreto. En la segunda, Gómez Bárcena ha mantenido el criterio de que los escritores tuvieran como máximo treinta años, presenta más escritoras que escritores y los textos que publica ya son obras existentes (cuentos y algún fragmento de novela).
Entre una antología y la otra, se dan nueve coincidencias y muchos autores noveles buenos han quedado fuera, como suele ocurrir en este tipo de casos.
Lo más destacable es que todos ellos coinciden en sentirse miembros de algo llamado "precariedad". No existen estilos comunes sino que éste es su rasgo distintivo. Existe una sensación común de no saber dónde se encuentra uno, de confusión, de pesimismo, de extrañeza. Desean que esta época "absurda" se derrumbe, es decir, ver la luz al final del túnel. Se consideran una "generación perdida" de todo y solo aspiran a ganarse la vida con cualquier trabajo y seguir escribiendo. Sienten que son hijos de unos tiempos en los que ellos no han podido elegir y tienden a tener una vida frugal, sin apenas diversiones debido a un nivel económico muy bajo. A pesar de ello, prefieren seguir ligados a la literatura pese a que no consideren que su futuro vaya a ser muy próspero en este aspecto. Son bastante críticos con el sector editorial y piensan que éste no apuesta por ellos sinó que prefieren abalar obras ya reconocidas en el extranjero.
Las influencias comunes de este grupo de autores son Cheeever, Virginia, Woolf, Céline, Marti Amis, Vonnegut, entre otros. En castellano, sus referencias son Marsé, Matute, Vila-Matas, García Márquez y entre los clásicos Umbral, Manuel Puig, Laforet, Cortázar. Individualmente se nutren de Le Carré, Terry Pratchett, Belén Gópegui, David, Trueba, Alice Munro, Nabokov, etc.
Escriben porque buscan producir algo que pueda llegar a molestar, escocer, angustiar y para sentirse menos solos. Su literatura desprende un ánimo solidario y una preocupación social.