Reconozco que entré en bloqueo lector total con El club de los poetas muertos.
No me enganchó y no sé por qué. Es la primera vez que leo una adaptación de un guion cinematográfico y no quiero achacárselo a eso. Sin embargo, la historia es totalmente predecible, incluido el dramático final.
Los personajes son todos iguales, estudiantes elitistas cuyas familias esperan lo mejor de ellos sin tener en cuenta sus aspiraciones o deseos y todos tienen sus frustraciones. El bravucón, el enamorado, el chivato, el empollón… Quitando a Todd, a quien se le ve una evolución, todos los caracteres son planos. Además, el profesor Keating, quien aparenta ser el personaje más logrado en cuanto a exaltación de la autenticidad, de reivindicación del yo o de la máxima del carpe diem, deja bastante que desear en el capítulo en el que, sin venir a cuento, les proyecta a los alumnos fotografías altamente sexualizadas… Destila bastante machismo esta historia y este episodio no es aislado en cuanto a cosificación de la mujer.
He de decir que valoré mucho el punto en que se plantea la diferencia entre salirse de las normas, vivir el momento y ser uno mismo frente a faltar al respeto, hacer mal a los demás o tener actitudes de desprecio u ofensa. Uno puede mantener su esencia y seguir su camino sin necesidad de caer en lo reprochable.
Finalmente, me quedo con el personaje de Todd. Además del progreso que mencioné antes, la evolución de la timidez hacia la lealtad férrea y el sentido de la justicia le dan mucho valor a su actuación.
Para terminar, me decanto por la película. La recomiendo antes que el libro.