"El Club de los Retos de Dácil." Semana 8/2020

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"La Guerra de las arenas o una balalaika en el desierto."

"Eros y Tanatos." (Collage Sellado.)

"El 10 de octubre de 1963, el buque mercante Aracelio Iglesias zarpó de La Habana. A bordo, varios cientos de soldados cubanos emprendieron viaje a un puerto que -aún en ese momento- les era desconocido... Sobre la marcha, conocieron que su destino era la ciudad argelina de Orán... El objetivo era participar en un conflicto militar Argelino-Marroquí: En octubre de 1963, Marruecos intentó recuperar territorios en la zona de Bechar y Tindouf que la administración colonial había incluido en la Argelia francesa. La recién nacida República de Argelia rechazó ese cambio de fronteras..." (Cita aproximada de un Artículo de la BBC)
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Lo que debió ser un meteorito cayó precisamente en pleno desierto aunque conmovió los asentamientos distantes y las tiendas de caravaneros que pasaban ocasionalmente por las cercanías...; pero a diferencia de otras ocasiones, sólo se encontró el cráter sin restos del meteoro... y una balalaika enterrada por el brazo en la arena...
El Guerrero Tuareg miró con desprecio el instrumento musical extranjero, representante de aquella nueva tentativa de invasores que intentó sustituir a los colonialistas habituales contra los que habían luchado desde que tuviera él memoria... Desenvainó su Takuba con un movimiento enérgico y cortó en dos de un preciso tajo el estandarte enemigo... Las fronteras de aquella Patria Ancestral estaban marcadas al libre albedrío del viento en la arena de las dunas... Para siempre jamás...!
Romanza del Nómada
y La Luna que ilumina
Mi Patria de arena es Ella sola;
esta noche y las que fueron
el mundo ha estado a oscuras...
...y las playas del mundo sin arena...
Un solo desierto el de Mi Patria, Ella sola...
Sólo yo, con Ella...
y el mudo paso de los animales en las dunas,
y el crujir de los bultos en la caravana...
Las estrellas se hacen a un lado
cuando Mi Luna pasa...
y en mis pies, debajo, lo tibio de la sangre
y el río insepulto de otras huellas
que el viento borra...