A raíz de la ola de plataformas y aplicaciones para móviles que sacudieron a la industria turística desde hace unos 10 años, los grandes jugadores de este sector de la economía mundial comenzaron a analizar innovaciones destinadas a recuperar preponderancia.
Es que, tendencias como el couchsurfing; o housesitting; o intercambio de casas; incluso el autocaravaning o, simplemente, el alquiler a dueños directos de propiedades, sin comisiones, ni grandes estructuras comerciales, hicieron que las ganancias de las cadenas hoteleras y los emprendimientos de 3 y 4 estrellas mermaran sensiblemente.
Indagando acerca del modo en que los viajeros y turistas comprendían de forma novedosa sus vacaciones y sus viajes de trabajo, quedó claro que la tecnología y las nuevas tendencias, tanto como las crisis y las consiguientes oportunidades de gastar menos, pusieron al turismo tradicional a un costado.
AL mismo tiempo, los viajeros comenzaron a perseguir experiencias más que ocio o descanso pasivo. Conocer culturas, interactuar con los residentes locales del destino elegido, vivir aventuras saliendo del confort de la industria, fueron algunos de los tópicos que marcaron tendencia en la última década.
Ante este panorama, algunos hoteles se presentan, hoy, como destinos en sí mismos. Buscan captar a los más jóvenes, ofrecen espacios de intercambio o relaciones sociales, y mucha tecnología.
Uno de ellos es el City Hub, de Ámsterdam. Posee un social lounge o gran living de intercambio, y tecnología que garantiza la conectividad a quienes necesitan de lo digital permanentemente. Además, se destaca por haber desarrollado una app verdaderamente de vanguardia. El caso de Jo & Joe,en Inglaterra, combina el turismo con la calidez de los lugares públicos de cualquier ciudad. Por eso se define como una gran open house. Es que, en este hotel y hostería a la vez (propiedad de la cadena Accor) no sólo pueden entrar los turistas, sino que los vecinos tienen acceso como si se tratara de un bar, o un club.Para ello, cuenta con más de 5 áreas diferentes, según el gusto del viajero, o su estilo, o el propósito de su visita: quienes prefieren la intimidad todo el día, quienes viajan en grupo de amigos, o por negocios o trabajo, o en parejas. Cada perfil tiene su espacio.
Por su parte, los millennials y miembros de la llamada Generación Z, especialmente aquellos que trabajan en tecnología, comunicación, o realizando tareas que pueden ser desarrolladas a distancia, muestran un interés creciente en combinar trabajo, estudio, viajes y ocio.
El resultado, se observa en propuestas como la de Sun and Co, en las Islas Canarias. Allí, en la costa española sobre el Mediterráneo, se ofrece a los jóvenes emprendedores o trabajadores independientes, un espacio que integra co-living y co-working, permitiendo, además, incorporar novedosas formas de aprendizaje colaborativo.
Así las cosas, queda claro que los nuevos emprendimientos de la industria deberán tener en cuenta muchos cambios ocurridos en los últimos tiempos, si pretenden tener éxito en sus inversiones. Un mundo interconectado, conciencia ecológica, y trabajos 3.0, imponen, desde ahora, nuevas condiciones.