Quizás el amor sea el proceso de dirigir
al otro gentilmente hacia él mismo.
No a quien yo quiero que sea,
sino a quien es de verdad.
Antoine de Saint Exupery
Muy a menudo me preguntan acerca de qué es el Coaching Ontológico y creo que esta frase del autor del “Principito” constituye una magnífica descripción de lo que realmente es la esencia de nuestra profesión. El coach es alguien que acompaña y facilita el proceso del despliegue de la potencialidad de las personas, en el desafío de llegar a ser la mejor versión de uno mismo. Así como la Psicoterapia trabaja en el área de la salud mental y en el dominio del sufrimiento humano, el Coaching Ontológico es una profesión orientada al desarrollo del potencial humano.
Los conocimientos que se adquieren en una carrera de coaching están enfocados a expandir la capacidad de acción y el mejoramiento de los niveles de desempeño de las personas, ayudando a superar las trabas y resistencias que limitan sus comportamientos y dificultan la concreción de sus objetivos. El coaching hace foco en la acción para lograr los resultados que estamos comprometidos a lograr y que no estamos obteniendo. Es decir, el coaching trabaja para superar esa brecha de efectividad entre lo que queremos que suceda y lo que efectivamente estamos logrando.
Así también, el coach es alguien que promueve una actitud proactiva frente a cualquier circunstancia e insta al coachee a “hacerse cargo” y a accionar en forma coherente a su compromiso, objetivos y valores, y señala su nivel de responsabilidad por las acciones que realiza y por las que decide no realizar. El coach acompaña a que el coachee desarrolle la confianza en sí mismo que le posibilite reconocer y valorar sus propios recursos, mantener sus convicciones y emprender los desafíos que se proponga, entendiendo que la autoconfianza es el sostén interior que permite transitar la incertidumbre que puede generar un proceso de cambio y desarrollo personal. Para que este proceso pueda acontecer, el coach desarrolla su vínculo con el coachee en un espacio ético emocional basado en el respeto, la confianza y el compromiso irrestricto de servicio.
En tal sentido el coach no da consejos ni señala ningún camino en particular, ya que funda su accionar en el principio de la autonomía del coachee y en que éste asuma plena responsabilidad y poder sobre su vida. Es por esto que lo guía a que encuentre sus propias respuestas y se conecte con su sabiduría interior, procurando la conexión y el “alumbramiento” de los propios recursos.
El Coaching Ontológico comparte con otros abordajes de coaching el objetivo de ampliar la capacidad de acción y mejorar las posibilidades de desempeño de los individuos, pero considera que esto no se logra sólo analizando distintos tipos de acciones dentro del mismo nivel de análisis y observación de la persona. Parte de la convicción de que, al producir un “cambio de observador”, es decir, al modificar la asignación de sentido sobre los hechos declarados como “quiebre”, se abre la posibilidad de expandir el accionar de las personas. La transformación del observador que somos, abre posibilidades para generar respuestas donde antes no las había.
El enfoque ontológico implica la apertura a la comprensión de que al transformar nuestra “forma de ser” accedemos a la posibilidad de expandir nuestra “capacidad de hacer”. Supone tomar como vector orientador de la práctica profesional, la relación que existe entre la particular forma de “observación” de los seres humanos y la capacidad de acción y transformación que de la misma deviene.
Desde la óptica del Coaching Ontológico, no hay problemas a resolver “allí fuera”, independientes de cómo pensamos y sentimos. La forma en que vemos el problema es parte del problema. Es por esto que la interpretación que sustentamos sobre una situación y la emocionalidad que ella nos genera, son los aspectos centrales que debemos abordar para accionar con efectividad. Tan es así, que hay casos en los que al transformar nuestra perspectiva de observación, al modificar nuestra interpretación de los hechos, la situación ya no se nos presenta como problemática.
Las conversaciones de Coaching Ontológico están orientadas a lograr un desplazamiento en las observaciones y las explicaciones que poseemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, sobre el entorno y las circunstancias, sobre lo que juzgamos como posible o imposible, sobre lo que valoramos como amenaza o como oportunidad. El coach conduce a que el consultante pueda separar el fenómeno de su interpretación, es decir, la experiencia de su explicación. Las experiencias remiten a las cosas que nos pasan en la vida y sobre ellas elaboramos interpretaciones y nos contamos historias. Estas narrativas otorgan sentido a lo que acontece y es este significado asignado el que nos abre o nos cierra posibilidades. En tal sentido, el Coaching Ontológico Profesional está enfocado a guiar y facilitar el Aprendizajes Transformacionales como camino para el despliegue de la potencialidad y el desarrollo personal y profesional.