El cochazo fantastico

¿Quieren conocer de verdad qué hay de cierto en el mito de que un cochazo atrae a las mujeres? Pues se los voy a contar y aunque esta editorial de hoy pueda parecer machista por hacer referencia al materialismo femenino como preferencia sexual, me voy a arriesgar ya que creo, que merece la pena saber más sobre este asunto. Sobre todo cuando estoy a punto de cambiar de coche.

La investigación sobre “El consumo ostentoso como un sistema de señalización sexual” realizado por expertos de distintas universidades estadounidenses demuestra que sí, que un coche muy llamativo en la primera cita puede favorecer un encuentro sexual. Hasta aquí bien, pero lo que demuestra el mismo estudio es que éste no garantiza que la relación vaya más allá, por lo que…hasta aquí, mejor.

A ver, no me interpreten mal. No quiero decir que esté a favor de las citas sexuales esporádicas y los encuentros de una noche, aunque tampoco estoy diciendo que esté en contra. En esta situación lo mejor es ser imparcial. A lo que me refiero es que, una mujer que se fija en tu coche nada más, quizá no sea un buen partido si tu idea es llegar a tener una relación estable.

El informe de estos buenos señores hace referencia también a esto último que les digo, según los investigadores: Si una mujer desea mantener una relación duradera, el que el hombre posea un coche deportivo no supone una ventaja, como sí lo sería tener un turismo más económico. Por lo que, las mujeres también considerarían más la opción de establecer una relación estable con alguien que estuviera más pendiente de ellas que de su reluciente coche.

Así que ahora me queda la dura decisión de saber qué hacer, puesto que tengo que cambiar obligatoriamente de coche y este cambio lanzará un mensaje a todas aquellas mujeres que me vean montado en el. Y las opciones son: un Volvo familiar o un Porsche 911 Carrera Gt Turbo. Pero mejor ni les pregunto puesto que ya he tomado mi decisión. Me quedo con el turismo antes que con el cochazo deportivo, porque con el Porsche corro el riesgo cada día de chocarme, mientras que con el otro siempre tendré la seguridad que te da…un buen “Volvo”.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…