El Códice Calixtino y el Patrimonio en poder de la Iglesia Católica

El robo del Códice Calixtino vuelve a poner en primera plana la situación del Patrimonio en poder de la Iglesia Católica.
En primer lugar y según los datos que maneja la Guardia Civil, y que hoy han sido publicados en el diario Público, los robos en las iglesias y demás inmuebles religiosos aumentaron en el 2010 un 22% en relación al 2009. Y en ese año creció un 40% con respecto al 2008. Así en los últimos años han desaparecido códices, mapas medievales, cuadros y joyas de inmenso valor y en manos de la Iglesia.
En muchos casos, estas piezas de valor incalculable están mal custodiadas y, cuando no, también mal conservadas. El deán de la Catedral de Santiago de Compostela ha comentado que no se pudo asegurar el Códice Calixtino por el elevadísimo coste que ello supondría. 
Me vienen  la mente muchas cuestiones al respecto. 
La primera es saber por qué no tienen dinero para asegurar piezas de esta importancia cuando la Iglesia Católica, a decir de Europa Laica, recibe del Estado 10.000 millones de euros anuales. 
La segunda cuestión que me planteo es la razón de por qué  estos bienes están en manos de la Iglesia y no son ya propiedad del Estado. Bienes, que no se nos olvide, en la mayoría de los casos fueron sufragados con los impuestos que la Iglesia cobraba a sus feligreses. Recordemos los famosos "diezmos" que la Iglesia cobraba a todos sus feligreses, sin tener en cuenta nunca ni sus cosechas ni sus pérdidas. De ahí proceden sus riquezas. De ahí. Del esfuerzo, de la penuria de aquellos ciudadanos.
L tercera, que sería la definitiva, cómo puede ser que a estas alturas aún no haya habido un proceso de nacionalización de todo esos bienes que pertenecen al pueblo y están en manos de la Iglesia.Es bastante patético oír a los responsables del Patrimonio Español dentro del Gobierno, gobierno socialista, decir que les da pena el disgusto que tienen el Deán de la Catedral de Santiago y no perdirles responsabilidades por no haber asegurado la pieza bibliográfica en cuestión con la millonaria cantidad que anualmente se da para la conservación de este Patrimonio.
Es cierto, que en las instituciones culturales pertenecientes al Estado pueden ocurrir, de hecho ocurren, robos. Algunos lo tenemos recientes. Pero no es más cierto que son más escasos y en todo caso, en cualquier caso y en este caso, debería ser responsabilidad del Estado y nunca de la Iglesia Católica la vigilancia y conservación  de este riquísimo patrimonio.
Me pone especialmente enferma la desaparición de este manuscrito que es sin duda uno de los libros, sino el más, importante de la Historia de España y que estoy absolutamente convencida estaría mucho más custodiado en dónde debería estar, en la Biblioteca Nacional o institución del Estado Español similar, que en una caja fuerte de la que según se va sabiendo al parecer muchas personas tenían acceso a la misma.