Revista Diario

El cole de “mayores”

Por Desmadreando @desmadreando

No seré la única que a estas horas tenga mariposas en el estómago por la vuelta al cole.

No seré la única que habré hecho pedidos on line variados desde mochila, estuche, etiquetas, bordados de batitas-babero a domicilio (eso no existe pero estoy a puntito de patentarlo) y demás cosas que hacen que las madres primerizas tengamos los nervios de punta el día antes de la vuelta al cole. ¡Al menos éste año me libre de forrar libros! ¡Yuppi!

No seré la única que a estas horas un cierto aire de felicidad contradictoria invada su ser. El hecho de que Critter vaya al cole de mayores significará tener un poco más de tiempo ¡Yiujuuuu! (aunque esto es un decir porque con Kraken digamos que no gozo de rascarme y oler el queso del ombligo). Peroooo por otra parte, el que Critter se haga grande da una congoja tremenda. Verla disfrazada de mayor con “uniforme” me hace recordar la película de “Querida encogí a los niños” y reírme por lo bajito. ¡Mi enana! ¡Mi bestia! ¡Mi chaparrita cuerpodeuva! ¡Ay ay ay!

Ahora bien, fuera de todo sentimentalismo debo aceptar que esto de la “vuelta al cole” es como de broma. Realmente los únicos que le dan “la vuelta” literalmente son los más pequeños; ya que por temas de adaptación tienen unos horarios rarísimos. Para podérselo explicar a Critter le he dicho que mas o menos es así:

Captura de pantalla 2014-09-07 a las 23.02.23

 

Iremos solamente una hora con una mochila vacía y sin uniforme para que se haga una idea. Un simulacro.

¿Un quéee? me dice con voz y cara compungida.

¡Nada hija! Una vuelta y listo.

Critter crece. Y eso significa dar otro paso importante ¡ADIÓS MANTITA!

Mantita nos ha acompañado desde los tiernos 6 meses de edad Critteriana. Prometimos que el día antes de entrar al cole le diríamos hasta luego.

Salió de Critter decir que se la daría al señor “sin casa” que se pone fuera del supermercado y me pareció una idea genial.

Está por demás decir que está idea no se accionará hasta que tengamos digerido el “desapego” y podamos dormir sin mantita. Ya me veo yo diciéndole al señor que mejor me devuelva la mantita que mi hija no para de llorar…

Pero hoy, justo ahora, hemos hecho juntas un ritual. Ha doblado sus tres mantitas (teníamos tres para poder lavarlas o tener “porsiaca” se perdía alguna), les ha dado un abrazo fuerte a cada una, las ha olido por última vez y después de un largo beso las metió al armario.

Se fue a la cama llorando.

¡Mamá no quiero ser mayor. Y mantita está diciendo que dentro del armario tiene frío y no puede abrazarme!

Esta niña salió más latina y dramática que yo.

¡Que duro es crecer!

Hoy, como tributo, dormiré abrazada a mantita para agradecerle estos largos tres años que me ha acompañado en la maternidad de mi pequeña bestia…

P.S. Al terminar éste post me ha gritado Critter “Mamá ya no vengas a darme el besito que me das cuando me hago la dormida. Vete directo a tu cuarto“. Eso acompañado de unos piececillos corriendo y un portazo del armario me ha dejado claro algo: ¡MI BESTIA NO TIENE UN PELO DE TONTA! Lo de operación Mantita va a ser mucho más jodido de lo que yo creía…

 


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