Hacía bastante que no leía y reseñaba un libro de Laura Gallego. Todos los que hasta el momento han caído en mis manos me han encantado y me da un poquito de miedo ir por los dos más recientes, que han tenido críticas no muy favorables. Así que antes de ir con ellos he optado por este libro del que realmente no sabía nada y que me ha sorprendido para bien.Como curiosidad decir que tengo el libro de la edición especial que sacó no hace mucho Círculo de Lectores con ilustraciones de Zuzanna Celej. Debo reconocer que me gustaron más las de Matilda, que aquí las que hay ni son tan bonitas ni han captado cómo me imaginaba yo a personajes y escenarios. Y ahora que sé que Corominas ilustró la portada de su reedición...Argumento: Jonathan, su padre Bill y su madrastra Marjorie visitan una ciudad española como regalo para el joven que se siente fascinado por el país. En la zona antigua de la ciudad pretenden ver un museo de relojes, propiedad de un misterioso y carismático Marqués, pero cerró hace años. La persistencia de Bill lleva al mayordomo a dejarles pasar y, cuando pregunta el motivo del cierre, el Marqués les hace pasar a otra sala.
Cuando entran en lo que el Marqués llama la Sala de los Relojes Extraordinarios, a pesar de sus advertencias, Marjorie toca uno de ellos y su alma queda atrapada en su interior. El Marqués le dice a Jonathan que sólo tiene doce horas antes de que el reloj devore el alma de su madrastra, y que sólo con el fabuloso reloj Deveraux logrará salvarla.
El reloj Deveraux está en algún lugar de la Ciudad Antigua, así que Jonathan emprende una búsqueda desesperada que lo llevará a los límites de la realidad, conociendo a personajes de lo más especiales... y escalofriantes… Al menos Emma, una joven que parece la única persona normal de aquellos con los que se cruza, le ayudará a moverse en ese laberinto fantástico en que se ha convertido la ciudad.
Al leer esta novela he sentido ciertos déjà vu. Es una aventura fantástica con tintes oscuros que me ha recordado a las dos lecturas de José Antonio Cotrina que he catado hasta la fecha. Es un ambiente fascinante, sin centrarse en alguna ciudad en concreto (aunque he leído que la inspiración para escribirla le llegó en Toledo), que mezcla realidad y fantasía.
Nos encontramos ante prácticamente un cuento, pues el libro, en mi edición, apenas llega a las 185 páginas y tiene ilustraciones y márgenes importantes que ajustados darían unas pocas páginas menos. Se lee de una vez, engancha y sorprende. Uno no se da cuenta y ya ha llegado al final. Esa brevedad impide profundizar en los personajes o conocer todos los misterios que esa ciudad fantástica esconde. Sin embargo, va acorde a la duración real de una historia que transcurre en apenas medio día. La sensación de que se agota el tiempo, que pasa sin hallar respuestas, nos agobia igual que a su protagonista que no encuentra el maldito reloj.
Si os tengo que decir con qué me quedaría, sería con las magníficas reflexiones que hace Laura sobre el paso del tiempo, la inmortalidad, la muerte y el deseo de vivir. Hasta cuela de pasada un mensaje contra la tala de árboles y la deforestación. Además, en esta historia, la autora desborda imaginación y aparecen toda clase de seres, por no hablar de todos los relojes que se nos presentan, a cada cual más fascinante. Quizás la aventura en sí de Jonathan sea menos interesante frente a lo que va descubriendo, pues es bastante previsible su desenlace en lo que se refiere a salvar a su madrastra... aunque no en el cómo se desarrolla.
Precisamente, mi pega al libro está en el desenlace porque la historia coge unos tintes trascendentales o épicos que le van un poco grandes a la trama que se había desarrollado hasta entonces. Pero es una percepción personal que no empaña el conjunto, ni mucho menos. Además, lo explica todo y le da sentido a toda la historia, así que no tengáis muy en cuenta este punto.
Que no os eche para atrás el toque más infantil que dicen que tiene o su brevedad, lógica pues todo sucede en apenas medio día. Es una lectura muy interesante y adictiva, con reflexiones y un aire oscuro para nada infantiles. No ha superado a mis lecturas favoritas de la autora, que en comparación me ha resultado algo más floja, pero me ha encantado igualmente y os la recomiendo para pasar una tarde entretenidos y, quizás, dándole vueltas a la cabeza con los temas que trata.