Según la RAE, el colibrí es un ave americana de la familia de los troquílidos, algunas de cuyas especies son extremadamente pequeñas, capaz de mantenerse suspendida en el aire mientras vuela para libar el néctar de las flores, y de plumaje colorido y brillante.
Esta definición, sobre todo lo de brillante, encaja muy bien con Marco Carrera, protagonista de la novela de la que vengo a hablar hoy (de ahí el título del libro)
‘El colibri’ (Sandro Veronesi) cuenta las peripecias de Marco, un oftalmólogo residente en Roma que ha consagrado su vida para lograr la felicidad y el bienestar de sus seres más queridos. A través de cartas, conversaciones con el terapeuta de su exmujer y recuerdos, conocemos a este hombre, un héroe de lo cotidiano que nunca ha tenido lo que realmente ha merecido. Marco cuenta lo que piensa, habla de su sufrimiento, de su goce, de lo que le hizo feliz y de sus episodios más tristes y oscuros.
En esta novela hay tristeza, amor, alegría, muerte, optimismo y luz. Mucha luz. Lejos de ser un libre triste de recuerdos, las memorias de Marco Carrera desprenden esperanza, siempre hay un día siguiente, incluso en el peor de los casos, en el desamor y en la peor de las muertes. Pero para Marco, la vida siempre sigue, siempre hay un día siguiente y algo a lo que aferrarse. La vida son continuos cambios y lo importante es que nosotros nos sepamos mantener suspendidos en el aire como los colibríes, como hace el bueno de Marco.
‘El colibrí’ es un libro que engloba muchos géneros y cambia de punto de vista en cada capítulo. A veces hay diálogos, a veces cartas y otras veces los recuerdos y la nostalgia invaden la narración. Se podría decir que es una novela anárquica en cuanto estilo, pero increíblemente coherente. Como en (casi) todas las novelas hay amor y tragedia, pasan muchas cosas (imaginad una vida entera) y ninguna sobra. A veces es fábula y a veces hay epístolas que dejan con ganas de conocer respuestas.
El autor además juega con el tiempo y el espacio y con sorpresa final, llegando a un futuro ya no muy lejano que hace pensar e invita a reflexionar y profundizar al lector sobre este texto, tan brillante como tierno, como el mismo colibrí.
Valoración GoodReads: ⭐⭐⭐⭐