Título: El color de la magia
Autor: Terry Pratchett Editorial: Debolsillo Año de publicación: 1998Páginas: 285ISBN: 9788499892849
Durante noviembre y diciembre, en varias cenas un amigo me recomendó apasionadamente la serie de Mundodisco de Terry Pratchett. Y el 15 de diciembre, en la presentación de Bravo Tango Siete, El contratista, de David Yagüe en la librería Estudio en Escarlata vimos que vendían el primer libro de la serie, El color de la magia, por tan solo 1,95 euros. Y claro, con esta oferta tan tentadora, Pablo y yo no pudimos resistirnos y nos llevamos a casa los dos libros, el de Yagüe y el de Pratchett.
Mi chico leyó el libro antes que yo, le duró un suspiro y se lo pasó como un enano. Mientras leía no hacía más que reírse, a carcajada limpia. A mí me tocó el turno el miércoles 4 de enero y para el día siguiente, el jueves 5, me lo había terminado. Vamos, que sus casi 300 páginas me duraron solo dos días, y eso que no estaba muy segura de si me iba a gustar o no. Creía que no era mi estilo, el género de la fantasía no me suele llamar la atención, excepto la saga Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, claro, vamos, que no estaba muy convencida y al final he sido la primera sorprendida. El libro no solo me ha gustado, me ha enganchado muchísimo, me ha entretenido, me ha divertido, me ha hecho reflexionar... vamos, que no le he podido pedir nada más. Estoy deseando seguir descubriendo los secretos de Mundodisco.
Un mundo en forma de disco, plano, sostenido por cuatro elefantes que se apoyan en el caparazón de Gran A`Tuin, una tortuga gigante. Este es el escenario en el que viven una y mil aventuras e intentan sobrevivir unos alocados y estrafalarios personajes que se ganan el cariño del lector desde la primera y hasta la última página.
Rincewind es un aprendiz de mago que fue expulsado de la Universidad Invisible antes de que le diese tiempo a completar la formación básica de magia. Es un superviviente y más que un mago parece un mendigo. Intenta sacar tajada de cualquier situación, por extravagante que sea. Su obsesión es el oro, el dinero, los tesoros, la riqueza. Es avaro, torpe, un perdedor que vive constantemente angustiado, preocupado, agobiado.
Todo lo contrario que Dosflores, un turista que llega a Mundodisco dispuesto a sacarle el máximo partido a su visita. Quiere descubrirlo, conocerlo, verlo y experimentarlo todo: magos, demonios, la Muerte, dragones, gremios de ladrones y de asesinos, tabernas, peleas callejeras, espadas mágicas, trolls...
No se quiere perder nada, aunque su curiosidad le ponga casi siempre en peligro. Pero su ilusión, su inocencia y sobre todo su ingenuidad le impiden ser consciente de la cercanía del peligro y de la muerte. Él nunca se preocupa por nada, nunca se enfada, nunca se agobia. Solo se deja llevar por el momento y por su pensamiento positivo. Total, para qué se va a preocupar, siempre habrá alguien que le saque de los problemas.
Como su Equipaje, un cofre que a simple vista parece inofensivo, pero que le sigue a todas partes y que está dispuesto a defender a su propietario con uñas y dientes. Unos dientes enormes y blanquísimos, una lengua de un color tan intenso como la caoba y cientos de patitas con las que salta, corre y persigue.
Lo primero que me ha sorprendido del libro es su ritmo trepidante, sus giros, una trama que fascina, hipnotiza, seduce y engancha desde la primera página y que nos obliga a seguir leyendo, que nos atrapa hasta la última página.
Pero también me ha sorprendido, mucho y muy gratamente, el estilo del autor. Un estilo personal lleno de imaginación, de fantasía, pero también de cinismo, de ironía, de humor negro, un estilo corrosivo lleno de un adictivo y fino sentido del humor.
Un estilo que combina el humor y la crítica, la trama electrizante con unos personajes complejos, muy bien definidos y construidos que a pesar de vivir en Mundodisco nos resultan cercanos, humanos, entrañables e inolvidables.
Tengo que confesaros que me he reído muchísimo leyendo este libro, a carcajadas, gracias a la ironía, a las frases lapidarias, a la intriga, la acción y las sorpresas que esconde Mundodisco. Me han encantado los personajes de Dosflores y Rincewind, le he cogido muchísimo cariño al Equipaje, me ha resultado tan tierno y tan divertido, y me lo he pasado en grande con la Muerte, sus frases lapidarias, su sinceridad, su ironía... Estoy segura de que voy a tardar muy poco en volver a Mundodisco.