Traducción: Cecilia BelzaAño: 2017ISBN: 978-15-0394-387-2Nº de páginas: 412
De El color de los secretos de Lindsay Jayne Ashford me llamó la atención en un primer momento su portada que fue la que hizo que me parase a leer su sinopsis, en la que se hacía mención a una historia de amor entre una mujer inglesa y un soldado estadounidense negro durante la Segunda Guerra Mundial. Esto fue suficiente para despertar mi interés y hacerle un hueco entre mis lecturas más inmediatas.
Lindsay Jayne Ashford
El color de los secretos da comienzo en junio del año 1943 que es cuando conocemos a Eva, una mujer inglesa que se dedica a trabajar en las vías del tren de la localidad de Wolverhampton mientras espera el regreso de su esposo Eddie, quien a causa de la guerra se encuentra desaparecido desde hace meses, lo que hace que empiece a considerar que ha fallecido. La vida de Eva dará un giro inesperado cuando a la estación llegue un tren cargado de soldados estadounidenses, cuyo último vagón está reservado para los hombres de color. Uno de estos soldados será Bill, con quien Eva coincidirá en un baile en el que entre ellos surgirá la chispa del amor, comenzando una intensa relación que se verá truncada cuando Bill tenga que abandonar Wolverhampton para participar en el día D. Será así como Eva se quede sola y además embarazada, teniendo que hacer frente a la dificultad de criar a una niña mestiza en un entorno racialmente hostil, mientras sufre por la ausencia del hombre al que ama.La novela de Lindsay Jayne Ashford me llamó la atención ya que aunaba dos temas que siempre consiguen despertar mi interés, por una parte se situaba en la época de la Segunda Guerra Mundial y por otro lado abordaba la intolerancia racial. Estaba segura de que iba a ser una lectura con la que iba a disfrutar, como así ha sido, aunque quizás esperaba una historia que me calase más hondo de como lo ha hecho. "El color de los secretos" queda dividido en tres grandes partes que agrupan los cuarenta y dos capítulos que componen la novela. El relato da comienzo en 1943 y se extiende a lo largo de varios años hasta finalizar en 1978, variando la importancia de los protagonistas a lo largo del tiempo, con lo que en cierta forma podríamos decir que el libro tiene parte de saga familiar. Lindsay Jayne Ashford selecciona un narrador omnisciente para trasladarnos la historia y su estilo narrativo es agradable de leer, empleando una prosa pulcra, clara, sencilla y accesible, con abundantes diálogos que agilizan la lectura.El título de la primera parte, Eva, ya sirve de adelanto para hacernos una idea de lo que vamos a encontrar en sus páginas. Es el curso de su vida el que vamos a seguir a lo largo de los capítulos que componen esta parte, descubriendo a una joven cuyo marido se encuentra desaparecido, teniendo que enfrentarse a la dura tarea de criar sola al hijo de ambos, de tan solo unos meses de edad. A Eva toda esta situación la supera, se siente sola y ya no tiene claro el vínculo que la une con su esposo Eddie ni lo que sentía por él, por lo que cuando conozca a Bill se dejará llevar por los sentimientos cada vez más fuertes que van surgiendo en su interior. Lindsay Jayne Ashford hace hincapié en sus reacciones, sus pensamientos, sus miedos, necesidades y, especialmente, en sus sentimientos, haciendo así que el personaje gane profundidad pero yo no he llegado a conectar con ella, me ha faltado intensidad en su relación y he tenido la sensación de que era un personaje que se dejaba llevar de un lado a otro en función de las circunstancias, sin tener claro lo que quería ni defender sus ideales, me ha faltado pasión en ella y eso ha provocado que su relación con Bill me haya parecido frágil e irreal, no he notado la fuerza de su amor.En la segunda parte Eva irá perdiendo protagonismo en la misma medida en que lo va ganando su hija, Louisa. En este caso la vamos a conocer desde los primeros años de su vida, observando cómo va creciendo y convirtiéndose en una adolescente que tiene que hacer frente a los prejuicios y rechazos vinculados con el color de su piel. Es un personaje más interesante que su madre en el sentido de que a través de ella la autora aborda temas que resultan más llamativos como los vínculos familiares, la adopción, el miedo a sufrir un rechazo por ser mulata, los problemas asociados al racismo, la búsqueda de la propia identidad o la necesidad de descubrir los verdaderos orígenes.A pesar de que la novela se centra principalmente en estas dos mujeres, además de Eva y Louisa hay otra serie de personajes que aún contando con un papel secundario, van a tener bastante relevancia. No están perfilados con tanto detalle pero entre ellos destacan dos hombres que van a marcar en cierta forma su destino, Bill y Eddie. A Bill lo vamos a encontrar en la primera parte del libro cuando es un joven soldado de color que pertenece al Ejercito de Estados Unidos y llega a la localidad británica de Wolverhampton, donde la población no está acostumbrada a ver personas negras. Bill tendrá que sufrir el rechazo y los gestos racistas, pero se refugiará en su relación con Eva, mostrando su bondad y la dulzura, sinceridad y generosidad que le caracterizan. A medida que la importancia de Bill se vaya difuminando la irá ganando Eddie, un hombre que también ha sido soldado y ha participado en la guerra y en cuyo caso veremos cómo estos hechos le han marcado, transformando su personalidad en cierta forma. En la nota de agradecimiento que Lindsay Jayne Ashford incluye al final del libro señala que "El color de los secretos" está inspirado en las entrevistas realizadas a algunos de los denominados “bebés marrones”, fruto de las relaciones entre las mujeres inglesas y los soldados estadounidenses negros durante la Segunda Guerra Mundial. La primera parte de la novela se desarrolla durante estos años pero la guerra queda como telón de fondo y la autora se centra en reflejar cómo era la situación que se vivía por entonces, poniendo de manifiesto cuestiones como las dificultades de la población para subsistir, la escasez de alimentos, los bombardeos, o la pérdida y desaparición de familiares cercanos, haciendo especial hincapié en el trato que recibían las personas de color y en la relaciones interraciales. Es una novela más bien de personajes en la que lo principal es conocer sus vínculos, relaciones y desarrollo, aunque el contexto histórico en el que se sitúan hace que la autora también nos muestre en un plano secundario cómo era la sociedad y la forma de vida en una pequeña localidad inglesa durante y después de la Segunda Guerra MundialLa premisa de la que partía El color de los secretos me pareció atractiva en un primer momento pero desde mi punto de vista Lindsay Jayne Ashford no ha logrado sacarle todo el partido a esta historia. Ya de entrada el desarrollo del romance entre Bill y Eva me ha parecido forzado por la velocidad a la que sucede, lo que le ha restado credibilidad, uniéndose a ello esa falta de intensidad en los sentimientos que he señalado anteriormente. Esto unido a que en general los personajes no me han llegado ha provocado que su historia me haya dejado un tanto indiferente, la he leído con agrado pero no es un libro en el que pueda destacar nada en especial, para mí los temas centrales que trata están bastante desaprovechados y creo que la autora no logra transmitir al lector el mensaje que pretendía con su historia.En definitiva, Lindsay Jayne Ashford nos ofrece en El color de los secretos una historia que aborda la relación entre una mujer blanca y un soldado de color en la época de la Segunda Guerra Mundial así como la búsqueda de identidad de la hija fruto de este romance, dando como resultado una novela que podríamos calificar como saga familiar que resulta entretenida y se lee con agrado.Si te ha gustado mi reseña, puedes comprar El color de los secretos a través de los siguientes enlaces:Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar para su reseña