Josie Moraine vive inmersa en los bulliciosos bajos fondos del Barrio Francés del Nueva Orleans de 1950. Vive en un entorno muy particular, entre el burdel en el que trabaja su madre y la librería donde trabaja ella y en cuya trastienda duerme. Allí encuentra en los libros el refugio donde albergar sus sueños, y la lectura se convierte para ella en la puerta a un mundo diferente.
A raíz de la muerte de un hombre en el que su madre parece estar implica, Josie tomará una serie de decisiones que pondrán a prueba su integridad y su valentía mientras pelea, con todo su esfuerzo y con la ayuda de sus amigos como Cokie, el jovial chofer mulato, o Patrick, su mejor amigo e hijo del propietario de la librería, por cumplir su sueño: ir a la universidad.
«-Las decisiones son lo que moldea nuestro destino. –Sin abrir el libro, comenzó a recitar el principio de David Copperfield: Si soy yo el héroe de mi propia vida o si otro cualquiera me reemplazará…
Asentí y terminé la cita con él:
-…lo dirán estas páginas».
Ruta Sepetys ha vuelto a conquistarme. ¿Recordáis Entre tonos de gris? Me emocionó como pocas novelas lo han conseguido. El color de los sueños es un libro completamente diferente respecto al anterior, sin embargo tiene todos los elementos que alguien como yo podía desear: un estilo delicioso, un ambiente fascinante, y unos personajes maravillosos, sin olvidar la idea de que el amor por los libros te llevará a cumplir tus sueños. ¿Quién podría resistirse? Desde luego que yo no.
Nueva Orleans siempre me ha atraído ya sea en libros, series y películas. Es una de las ciudades norteamericanas que más historia tiene a sus espaldas. En El color de los sueños se nos muestra el de los años 50, exactamente el Barrio Francés, considerado como el peor lugar de la zona ya que la criminalidad y la prostitución es lo habitual. Se nota que la autora ha hecho un buen trabajo de documentación, he sentido que realmente estaba allí y no quería marcharme; no es algo que me extrañara después de su anterior libro, además en el club de lectura que organizó la editorial Maeva nos explicó muchos detalles de lo que esconde esta ciudad.
Si hay algo que adoro de la lectura es encontrarme a personajes tan diferentes a mí pero con los que siento una conexión especial, como es el caso de Josie. Su vida no ha sino nada fácil, ha visto como durante gran parte de su vida su madre se dedicaba a la prostitución, no para conseguir un lugar donde vivir o comer sino para rodearse de todo tipo de lujos. Josie podía haber seguido los pasos de su madre, sin embargo, lo rechazó. Ella no es como su madre. Se ha convertido en una persona sensata, decidida, inteligente y con ese punto de descaro tan sureño, gracias a los libros y a todas esas personas que la quieren tal y como es. Dichos secundarios son la guinda del pastel: Cokie, el chofer del burdel donde trabaja su madre regentado por Willie, la dura dueña que se desvive por Josie; Patrick, el hijo del dueño de la librería y su mejor amigo, o Jesse, el chico que la ronda. Todos están perfectamente descritos y Ruta consigue que despierte en el lector un gran abanico de sentimientos.
En el primer párrafo de la reseña he comentado que uno de los temas que trata El color de los sueños es el cariño que Josie siente hacia los libros. Trabajando en una librería hay muchas referencias a escritores y personajes literarios que os harán sacar más de una sonrisa, pero es esa admiración que siente Josie, el hecho de que gracias a ellos consigue escapar de su vida por unos momentos, haciéndole olvidar los problemas con su madre y el agobio que siente frente a lo que esperan de ella en el barrio, lo que más me ha gustado. Hay varios momentos de la novela en los que se deja entrever que Josie camina por una fina línea entre salir de Nueva Orleans o quedarse y convertirse en su madre, algo que me ha hecho pensar en cuántas chicas habrán estado en su misma situación. La relación con su madre es muy complicada; es su madre, la persona que la ha traído al mundo y sin embargo no pude evitar sentir que estar con ella la va consumiendo, que la hace mentir y guardarse secretos. ¿Cómo siendo la hija de una prostituta puede atreverse a pensar en estudiar en la universidad?
No sé qué es lo que hace Ruta Sepetys para que sus libros se conviertan en historias tan especiales e inolvidables. Seguramente sea porque abre la puerta a personajes con los que sentirnos afines pero en épocas y situaciones diferentes a la nuestra. Es una historia tan bonita que, semanas después de haberlo leído, aún sonrío cuando pienso en El color de los sueños.
«A veces tomamos una carretera pensando que vamos a un sitio y acabamos en otro. Pero no pasa nada. Lo importante es empezar».