Revista Cultura y Ocio

El coloso de Nueva York. Colson Whitehead

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El coloso de Nueva York. Colson Whitehead
     "Yo estoy aquí porque nací aquí y en consecuencia no sirvo para ningún otro sitio, pero tú no sé. Quizá también seas de aquí y antes o después descubriremos que vivíamos a una manzana de distancia y ni siquiera lo sabíamos. O quizá te mudaste hace un par de años por cuestiones de trabajo. Quizá estudiabas aquí. Quizá viste el panfleto. La ciudad ha dedicado una cantidad considerable de tiempo y de dinero en prepararlo, con todo el conjunto de películas, programas televisivos y canciones... la idea esa de que «Aquí puedes conseguirlo». La ciudad también ha dedicado muchos esfuerzos para que tu población natal parezca de lo más sosa y pequeña, solo por si acaso alguna vez te preguntaras por qué a veces resulta una lata regresar a ella."
     Tras leer El ferrocarril subterráneo y Zona Uno, tengo bastante claro que Whitehead me gusta. Tanto es así que apenas he tardado en sumergirme en las páginas del último de sus libros que nos llega. Hoy traigo a mi estantería virtual, El coloso de Nueva York.
     Conocemos Nueva York. En este libro dividido en trece partes que se presentan como trece instantáneas al comienzo de cada capítulo y que se desarrollan en las distintas partes de esta gran ciudad, iremos tomando el pulso de la famosa urbe.
     Escribir sobre Nueva York es complicado. Poco queda que decir sobre esta gran ciudad que no haya sido ya escrito, filmado o cantado. Y sin embargo siguen saliendo libros ambientados en ella o que, como el que hoy traigo al blog, se basan únicamente en las calles de esta gran ciudad. Colson Whitehead decide en este libro contar la parte por el todo y a través de capítulos que hablan de la llegada, Central Park, el JFK, el metro, la lluvia y varios lugares emblemáticos, hace unas pequeñas radiografías narradas por una suerte de dios obsvervador que bien podría ser la conciencia de la propia ciudad protagonista. Para ellos la reflexión en primera persona se torna en un diálogo en segunda para avisar al lector de los sentimientos que le despertará la ciudad, llegando a la tercera persona que hablará de helados, viajes y maletas relatando las pequeñas vidas que, terminamos pensando, dan vida a Nueva York, enorme y magnífica, protagonista absoluta y viva de este libro. Su narrador habla o escucha a ciudadanos y turistas, a veces simplemente mira, y, lejos de perdernos, nos sentimos como si alguien particularmente entusiasmado nos estuviera describiendo sensaciones de viva voz.
     Ya en el comienzo, ese que abre esta entrada en el que Whitehead se dirige al lector y le advierte casi de cómo es la ciudad desde los ojos de un nativo que la ve cambiar, notamos la vehemencia que será una constante a lo largo de todos los capítulos. Además, al finalizar con una despedida, no conseguimos despegarnos la sensación de estar ante un viaje turístico a las entrañas de la ciudad. Me ha recordado en algunos momentos a aquel libro que escribiera en el verano de 1948 E. B. White, por lo demás conocido por dar vida a un ratón llamado Stuart Little, aunque quizás en el suyo White destilara más fascinación y ruidos y menos nostalgia y solemnidad de la que se percibe en el título de Whitehead (y ahora que escribo esto me doy cuenta de la similitud de sus apellidos). Y así, si Whitehead comienza afirmando soy de aquí y no puedo ser de otro sitio, White decía Nueva York debe de ejercer un atractivo irresistible sobre la imaginación de cualquier soñador perturbado que desee desatar la tormenta. Y con esta frase regreso a la reflexión con la que comenzaba esta reseña y me pregunto qué tiene la ciudad de Nueva York para fascinar y seguir fascinando a tantas personas cada día. Tal vez, solo tal vez, leyendo el libro de Colson Whitehead, uno llega a comprender lo que se siente al pisar sus calles y comprende, al fin, que el coloso al que se refiere el título es la propia ciudad, capaz de sobresalir por encima del mapa haciendo sobra al resto de urbes.
     Me gusta Colson Whitehead y me gusta viajar en mis lecturas. En El coloso de Nueva York nos tropezamos con un magnífico personaje construido a través de instantáneas y sentimientos anónimos que son, al final, la sangre que circula por las venas de esta ciudad viva.
     Y si Whitehead ha sido de mis últimos escritores descubiertos, ¿me podéis decir alguno de los vuestros? No es por ser cotilla, es por... apuntar sus nombres y acercarme a sus letras.
     Gracias..

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