Pero el comienzo de la lactancia materna no siempre es fácil para las mamás, además les cuesta encontrar ayuda y apoyo fácilmente lo que pueden producir una sensación de tristeza, de culpabilidad e incluso de rechazo que pueden provocar un destete prematuro.
Siempre os contamos que la lactancia materna es maravillosa, lo más bonito, que se disfruta de ella, pero tenemos a nuestro primer hijo en ocasiones se nos cae ese mito a los pies, pues descubrimos que no es tan sencillo como cuentan y que los comienzos nunca son sencillos.Existen una serie de baches desde el comienzo de la lactancia, unos provocados por terceras personas y otros propios del desarrollo de la lactancia materna. Hablaremos de ellos en dos partes.En esta primera parte os hablaré de algunos de los problemas o baches que pueden aparecer desde que nace nuestro pequeño y sus posibles soluciones:
- Hospital y personal sanitario: A veces los problemas comienzan en el mismo hospital donde damos a luz. No todos los hospitales promueven la lactancia materna de la misma forma, incluso en los hospitales amigos de los niños no todo el personal favorece la lactancia materna desde el nacimiento del mismo modo.El personal sanitario debe favorecer la lactancia materna procurando el contacto piel con piel madre.-hijo desde el mismo instante del nacimiento, deben ayudar a la madre a que comience la lactancia en la primera horade vida del bebé siempre que sea posible enseñando a colocarlo al pecho y ayudando al bebé a coger el pecho correctamente. Deben de evitar el uso de biberones y chupetes y apoyar a la madre en todo momento para que amamante. Todos estos y algunos pasos más los podeis leer en los 10 pasos para la lactancia materna eficaz de UNICEF.
- Cesárea o parto complicado: Tras una cesárea o un parto complicado a veces se dificulta el comienzo de la lactancia materna pues el recién nacido no se entrega inmediatamente a la madre, sino unas horas después. A no ser que se haya tenido que dormir a la madre totalmente o esta no se encuentre en condiciones para tener a su bebé, no hay motivos para no comenzar la lactancia tras una cesárea o parto complicado. Incluso, si no hay complicaciones en la cesárea, se puede dar el bebé a la madre en el mismo quirófano para tener ese ansiado piel con piel mientras los médicos terminan con la mamá. Otro mito es el de no comenzar la lactancia materna cuando nos hemos despertado de una anestesia general, por ejemplo, para una cesárea. La anestesia no pasa a la leche materna, por lo que se puede amamantar tranquilamente al bebé al despertar de la anestesia si así lo deseamos.
- Bebés prematuros: En muchos hospitales todavía se separa a la madre del recién nacido prematuro hasta que se le da el alta. Diversos estudios han demostrado que el contacto piel con piel con la madre y la lactancia materna ayuda a estos bebés prematuros a desarrollarse mejor y a tener menos complicaciones. Normalmente se alimenta a los bebés prematuros con leche de fórmula y más habitualmente con leche materna de la propia madre, pero si el bebé está estable se puede poner al pecho, pues por poca leche que consiga mamar le ayudará enormemente, además de mantener una temperatura estable sobre el pecho de su madre y sentirse arropado y querido. Y por supuesto ayuda a la madre a llevar mejor esta separación y a unirse a su nuevo hijo de una forma más profunda. Además de ayudar a la subida de la leche de la madre y a que no se le retire.
- Ingreso del bebé: A veces, por diversos motivos, el bebé se tiene que quedar ingresado durante unos días en el hospital, y al igual que con los bebés prematuros, se debe favorecer la lactancia materna para una más rápida y mejor recuperación del bebé. Existen hospitales que dan la posibilidad de que la mamá ingrese junto al bebé para sus cuidados y para su alimentación.
- No todos los recién nacidos saben mamar: Nace y descubrimos a veces que nuestro hijo no nace sabiendo mamar, que aunque siempre nos contaron que es algo innato, no es así, lo que es innato es el reflejo de succión, pero nuestro hijo debe de aprender a agarrarse bien al pecho y a succionar correctamente. Para ayudar a nuestro bebé a agarrarse mejor al pecho hay que darle de mamar desde el mismo nacimiento si es posible, ponerlo al pecho todas las veces que podamos y buscar posturas cómodas para ambos y tener mucha paciencia y constancia hasta que nuestro pequeño sea un verdadero campeón de la teta.
- Tengo poca leche, ¿será suficiente para mi bebé?: Cuando comenzamos a amamantar a nuestros hijos y a veces antes de que nazca observamos que de nuestros pechos salen tan solo unas pocas gotas de un líquido amarillento que no parece leche, nuestro bebé recién nacido mama muy a menudo y a veces llora pidiendo más. En ocasiones me he encontrado con mamás que, en esos primeros días de lactancia, han pensado que no tienen suficiente leche para alimentar a su bebé y que está pasando hambre. Nada más lejos de la realidad. Esas gotitas que vemos son calostro. El calostro es el primer alimento que tomará nuestro bebé, compuesto por las vitaminas y proteínas justas para él y por inmonuglobulinas, defensas presentes naturalmente en la leche materna, que protegerán a nuestro bebé de cualquier infección. Con tan sólo esa pequeña cantidad de calostro nuestro hijo estará perfectamente alimentado y protegido y aunque nos parezca muy poca cantidad, el estómago de un recién nacido es muy pequeño, del tamaño de una canica, por lo que con esas pocas gotas se llenará. Eso sí, el calostro es altamente digestivo, por lo que se digiere con mucha facilidad, por eso los recién nacidos necesitan mamar a menudo para sentirse saciados. Hay que proporcionarle al bebé tanto pecho como desee pudiendo estar tranquilas de que no pasará hambre, además de que le ayudará a eliminar el meconio de su intestino y cuanto más mame antes estimulará la subida de la leche que tardará unos pocos días en aparecer.