de Marco Vichi.
Título: El comisario BordelliAutor: Marco VichiEditorial: Duomo, 2016Páginas: 260.
Resumen oficial.
Florencia, verano de 1963. El comisario Bordelli soporta el calor en una ciudad desierta por las vacaciones. La banal rutina veraniega se ve interrumpida por la aparición del cuerpo sin vida de una anciana señora en su villa del siglo XVII. Las circunstancias de la muerte y la autopsia realizada por Diotivede, el forense de confianza y amigo de Bordelli, inducen a pensar que se trata de un crimen.
El comisario, poco amante de las reglas y más partidario de seguir su propio código ético, inicia una investigación que le va poniendo en contacto con los familiares y personas que solían frecuentar a la víctima.
Estos personajes, junto con los amigos del comisario, seres más bien marginales con los que comparte sus recuerdos de la guerra y un cierto gusto por la vida, constituyen un verdadero retrato sociológico de la Italia de los años sesenta.
Con El comisario Bordelli, primera novela de una serie ambientada en Florencia, Marco Vichi construye una nueva figura de investigador que continúa sus pesquisas en Una brutta facenda e Il nuovo venuto.
Impresión personal.
Esta novela es la primera de una serie dedicada a Franco Bordelli, comisario jefe en la ciudad de Florencia. Aunque Duomo la haya publicado en 2016, la publicación de esta primera entrega es del año 2002 de un total de seis entregas.
En esta serie nos vamos a encontrar con un comisario muy peculiar. Un buen sabueso que tiene una idea muy solidaria de la justicia porque su manera de entenderla se basa más en la justicia social que en el concepto de justicia jurídica que nos obliga a todos. Por este motivo, es un policía solidario que entiende, empatiza y convive de buen grado con esa pequeña delincuencia que viene provocada por la desigualdad social existente en su entorno: los pequeños ladronzuelos que roban para sobrevivir, las prostitutas que no tienen otras opciones de vida, los humildes que malviven a diario, todos aquellos que están fuera de la "normalidad" social por sus usos y costumbres. A mi personalmente, me ha gustado este comisario porque es, sobre todo, muy buena gente, fumador compulsivo que quiere y no puede dejar de fumar, solitario que no quiere serlo y amigo de sus amigos basándose en una tolerancia que impregna toda su vida y su manera de comportarse. Me ha gustado su lealtad, su humildad y la relación que entabla con el resto de policías que dependen de él, incluso cuando es ascendido, y se niega a cambiar a un despacho mejor o a que se le llame de otro modo al que se le llamaba.
El caso que ocupa al Comisario me ha recordado a algunos de Arthur Conan Doyle o de Agatha Christie en los que lo principal no es quien o quienes son los asesinos sino como se ha cometido un asesinato tan curioso que, a primera vista, parece una muerte natural de una señora mayor con dolencias propias de su edad. Sin embargo, la investigación del asesinato aparece y desaparece como el Guadiana a lo largo del libro como si en muchas ocasiones no hubiera investigación. No es un libro vertiginoso ni de esos en los que nos vamos mordiendo las uñas ante la intriga o el temor a nuevos asesinatos; no vamos contrarreloj en ningún momento e incluso la muerte de la anciana al final es un tanto absurda porque nadie consigue un objetivo concreto. Pero aún así a mi me he entretenido mucho esta novela porque tanto el Comisario Bordelli como los personajes que lo rodean son tan esperpénticos que en sí mismos han llamado mi atención. Cada diálogo entre cada uno de ellos y el Comisario me han parecido, dentro de la extravagancia, muy inteligentes. Descabellados, sí pero muchos de ellos con un mensaje semioculto que me ha gustado.
Sin embargo, lo que más he echado en falta ha sido la ambientación. La novela describe perfectamente los lugares interiores donde se mueven los personajes: el interior de la comisaría y del despacho del Comisario, la mansión de la asesinada, el sótano de su especial hermano, etc. Pero me ha faltado Florencia. No la he visto por ningún lado. Ese calor, esos mosquitos que pululan por todos lados pueden muy bien ser de Extremadura porque Florencia que es una ciudad que debería ser otra protagonista más de la novela no está presente y creo que es una ciudad que hubiera dado un juego impresionante para una novela policíaca.
En definitiva, creo que este primer libro de El Comisario Bordelli anuncia una serie entretenida, fácil de leer y curiosa desde el punto de vista de sus personajes aunque espero que en el próximo el autor consiga que acompañe a su Comisario por la ciudad de Florencia, incluso, fumándome con el uno de sus "odiados" cigarrillos.