La fortificada Ciudad Rodrigo alberga muchos palacios y una catedral de valor. La sillería del coro y su claustro son notables.
El claustro está en proceso de restauración y limpieza pero puede visitarse lo suficiente para apreciar el detalle escultórico de los capitales góticos y bellos adornos que encontramos por doquier. Otra parte del claustro se hace en el Renacimiento y fue encargada al cantero Pedro Güemes, quien se permitió dejar su retrato en el interior de las arcadas. Un compás ilustra la actividad geométrica del oficio. Junto a Güemes se representó al racionero catedralicio responsable de las obras.

Parece faltar una columna del claustro pero es un espacio libre que alberga un pozo y la nervadura fue bien cerrada.
La sillería del coro es otra obra maestra de Rodrigo Alemán y, sin ser tan lujosa como la de Plasencia, se pueden encontrar en sus misericordias muchas deliciosas y desinhibidas escenas cotidianas.


