Revista Opinión

El complejo ajedrez de la política internacional

Publicado el 22 febrero 2013 por Colombatto

Dicen que el presidente Chávez está entre moribundo, mudo o recuperándose según el medio que se lea. Que Rafael Correa es la esperanza continental o un autoritario que persigue a la prensa independiente. Que Evo Morales está catapultando a Bolivia o apenas se aprovecha del “viento de cola” gracias al precio internacional del petróleo. Que China está a un paso de competirle a EE. UU. la primera posición mundial o sólo tendrá combustible económico hasta que equipare los sueldos con el mercado internacional. Dicen que, que, que, según quién opine desde los intereses que representa.

La comodidad de la gran mayoría de los opinantes los hace adherirse a una de las dos posturas porque es menos engorroso que reconocer aciertos y errores, como debería ser en cualquier acción humana.

El mesurado sabe que no sabe, más aún en estos tiempos donde la información está totalmente direccionada y los datos de fondo se ocultan casi siempre. Es el momento de valorar la percepción y los antecedentes, a saber:

Históricamente, casi todas las guerras se montaron por razones económicas, de ahí que las guerras en Libia y ahora en Siria no apunten en realidad a sus gobernantes sino a sus recursos económicos y públicamente argumenten cualquier otra razón medianamente creíble como “razones humanitarias”. Ahora ya están reconstruyendo los edificios que bombardearon en Libia y lo hacen “coincidentemente” empresas con banderas de las potencias que bombardearon.

El meollo en Libia era el petróleo, igual que en Irak y en Siria y… en Venezuela. En este último país, como los acuerdos siguen beneficiando a EE. UU., pues se limitan a criticar metódicamente a su gobierno pero aún sin operación definida para su derrocamiento.

Para complicar el panorama, a sabiendas de las reservas apetecibles, el presidente Chávez buscó aliados próximos y lejanos, evidentemente acordó la guerra mediática (críticas constantes desde ambas partes), pero en los hechos trata de mantener las mejores relaciones para no incomodar al “imperio”.

Los magnates angloparlantes, “sotto voce” y durante buen tiempo, estuvieron comprando tierras ubérrimas y estratégicas dentro del territorio argentino; la marea de denuncias subió de local a nacional y allí debió intervenir el gobierno, contra esa invasión y contra sus defensores políticos que coincidentemente estaban y están en la oposición al gobierno (Patricia Bullrich, Elisa Carrió, etc.). El argumento que presentaron fue ridículo: compraban esas tierras para preservarlas de la depredación.

En España y otros países adyacentes al mar Mediterráneo en primer orden, los dueños del mundo empujaron al abismo financiero tanto a empresas estatales como a familias que adquirieron créditos. Ahora con el argumento de que no pagan, pues les están quitando empresas y viviendas. Bajo otros argumentos, décadas atrás también forzaron remates en Rusia y Argentina (gobierno de Carlos S. Menem).

En estos días el presidente de Francia se encuentra visitando Grecia. No es para recorrer las ruinas milenarias sino las ruinas presentes (empresas quebradas). Con él viajaron numerosos inversionistas que, como aves de rapiña, se quedarán con los activos del esfuerzo griego. ¿Se acuerda de aquella canción que decía: “Comprando a uno lo que vale dos”? Esa que termina: “Saluda a Ud. un servidor”. Encima, en el este griego y chipriota, en el mar, hay abundantes reservas de petróleo. Otra vez la maldita palabra.

Mientras en Grecia el pueblo reacciona con huelga de transportes, etc., en Bulgaria y Bélgica hacen lo mismo porque también les están aplicando la “receta” para profundizar la crisis, en España el 62% de los jueces y fiscales también están de paro, igual que los empleados de Iberia, que en estos días está siendo succionada por la empresa británica, y en Túnez hay crisis política porque su conductor no pudo cumplir con la orden de establecer un gobierno de tecnócratas.

Las bombas arrojadas en Libia y muchos otros escenarios bélicos las pagamos todos cuando les compramos servicios (videocable, teléfonos, etc.) y mercancías procedentes de esas potencias belicosas. La presión a favor de adquirir dólares está entre las publicidades más engañosas porque esa moneda no tiene respaldo legal y con esos billetes sobrevaluados, sólo respaldados por presión de las armas y aprietes económicos, nos han comprado tierras, edificios y empresas.

Pareciera ser que con tantos aprietes aquí y allá (Argentina, Libia, España, Grecia, etc.) van gradualmente consolidando su objetivo macro: adueñarse de todos los bienes de camino a que la futura sociedad planetaria se conforme apenas con ser empleada que de una u otra manera, directa o indirectamente, dependa de ellos (desde peones hasta gerentes).

Entonces, ¿la crisis europea actual es una cuestión de billetes o en el fondo se montó para que esas sociedades vuelvan gradualmente al tiempo de los reyes y la plebe que trabajaba para los únicos dueños de todo: los reyes? Recordemos que la plebe vivía en casas que eran propiedad del rey. Gran coincidencia con la situación actual de muchos españoles.

¿Esta posibilidad la denuncia la prensa? Ni remotamente porque los dueños de los principales medios de comunicación (los formadores de noticias) creen ser socios del asalto que los banqueros están operando. Inocencia suprema porque los reyes no tienen socios fuera de otros reyes y sólo le sonríen e ilusionan a quienes puedan serles de utilidad temporal. En nuestro continente a diario podemos observar a esos idiotas útiles que viajan al país del norte y son reporteados por CNN, cuando en la práctica se los usa como propagadores de cuánto conviene estar del lado de los invasores.

Este juego de ajedrez, donde el jugador que aparentemente está ganando sólo valora el poder del capital y desprecia el valor de la persona (basta con ver cómo se daña y mata gente según los Films de Hollywood sin el menor sentimiento), a ese jugador de cuando en cuando se le complican las estrategias porque el opositor le sale con jugadas impensadas que lo obligan a reorganizarse.

Latinoamérica estaba perfectamente ordenada -según ellos- hasta apenas una década atrás y luego de sucesivos golpes de estado. Tiene poco menos de la décima parte del planeta en superficie y población pero dependió sumisamente de aquellos poderosos hasta que un “loco lindo” llegó al gobierno en Venezuela, estabilizó la maquinaria productiva en base a la exportación petrolera y comenzó a repetir la estrategia de los imperios: repartir dinero en los pueblos más pobres y cercanos. En cierta forma se fueron transformando en estados satélites Bolivia, Nicaragua y otros.

El proyecto transformista fue cuajando y en lugar de estados satélites se transformaron en socios que incorporaron a otros socios porque voces nuevas sintieron que no estaban solos y que podían remar juntos.

El 15-01-2007 asumió en Ecuador el aún presidente Rafael Correa. Su discurso visceral fue escuchado con suma seriedad por los demás presidentes de la hoy Patria Grande (Bachellet, Lugo, Lula, Chávez, Morales, etc.) porque el hombre lanzó denuncias sucesivas en brillante oratoria espontánea (no lo leyó). La mirada firme y seria de sus pares avaló el ingreso al ruedo continental de un docto, lúcido, valiente y sensible dirigente político, que encima aún era joven y podía actuar por décadas. Al sueño de uno se sumaba Néstor Kirchner, se acoplaba Correa y así la expresión de deseos en siglas como UNASUR, MERCOSUR, Banco del Sur, etc. pasaba de expresión a planificación. Tardíamente a los mandantes se les iba y va reduciendo la sonrisa burlona que antes garantizaba fracaso seguro sobre los “rebeldes” al statu quo. A la formación de CELAC y hasta FOCALAE, en estos días se repite el encuentro entre los gobernantes de África y Suramérica (ASA) en Guinea Ecuatorial.

El imperio al presente sólo controla por las armas a buena parte de América Central, Colombia y en menor grado a Perú y Chile. De Venezuela, Ecuador y Bolivia fueron expulsados, y momentáneamente ha recuperado Paraguay (hoy ese gobierno se negó en un principio a darles inmunidad diplomática a los representantes de UNASUR para observar las inminentes elecciones). Pareciera ser que no le conviene irritar al poderoso Brasil y con Argentina apenas si mantiene ciertas tensiones por medio de sus punteros políticos (algunos nombré en párrafos anteriores). La lucha del imperio en los países rebeldes hoy apenas la sostiene por medio de la prensa y encima está en retirada porque también avanza la otra prensa, la que se anima a valorar los porcentajes de crecimiento de las sociedades rebeldes y a denunciar cómo robaban antes. Así, Evo Morales acaba de nacionalizar los aeropuertos bolivianos y denunció que la empresa española, concesionaria hasta estos días, había adquirido los tres aeropuertos por 4.000 dólares y se había llevado ganancias por varios millones de dólares.

La difusión de estos robos, como las tierras en Argentina, las viviendas en España, etc., le están dando cada vez peor imagen al falso “sueño americano”, más cuando inconscientemente sus medios asociados difundieron durante 2012 (ahora ya no informan excepto CNN) el descalabro psíquico que va en aumento dentro y fuera de su territorio con matanzas injustificadas (masacres callejeras y matanzas de civiles en el extranjero bajo el argumento de defender los derechos humanos; 4.700 sólo en Libia con los aviones Drones). A esto se sumó el tema de la pedofilia en sacerdotes (un cardenal debió pagar más de 600 millones de dólares por más de 500 menores de edad abusados) y la persecución a inmigrantes dentro de su territorio, en oposición a lo que hacen los gobiernos latinoamericanos que los reciben sin cuestionamientos tanto en el mercado laboral como sanitario y educativo.

Careciendo del control absoluto sobre la prensa planetaria, las imágenes le están diciendo al hombre común que en los países rebeldes disminuye la brecha entre los más pobres y los más ricos. En los mismos noticieros se ven manifestaciones diarias en las calles europeas y yanquis porque allí aumentan los pobres y los ricos son cada vez más ricos. Mientras por aquí los pobres se van haciendo soberbios porque ganan más de lo que pueden gastar (lo digo porque lo veo en mi ciudad, Comodoro Rivadavia), gastan en todo lo que ofrecen por televisión, hacen turismo como nunca antes y construyen sus viviendas propias, allí -en España- se suicidan porque van quedando en la calle sin vivienda ni trabajo o acampan en las plazas -en EE. UU.- advirtiendo que ellos son el 99% de la sociedad, sometida por el 1% restante.

En este complejo juego de ajedrez un día nos cuentan que el imperio está probando sus primeros aviones de ataque no tripulados (Drones); unos meses después nos enteramos que Irak le copió la tecnología; trascartón le siguió Venezuela y hoy está haciendo pruebas Ecuador. El control del espacio exterior por décadas fue privativo de EE. UU. y Rusia, pero hoy son docenas los países que tienen satélites propios; los tigres asiáticos tienen tecnología para enviar un hombre al espacio; Corea del Norte ensaya su tercer detonación atómica y difunde un video con Obama y soldados entre llamas por explosión nuclear como anticipo de lo que ocurrirá en un futuro; el gobierno de Obama se queja al gobierno chino por la eficiencia de sus hackers contra compañías y oficinas gubernamentales de EE. UU., y Cuba se asocia con Rusia para avanzar en la carrera espacial. A los países latinoamericanos que se están armando se acaba de sumar Brasil con cinco baterías de misiles compradas a Rusia y la polémica fabricación de misiles en suelo argentino.

Los mandantes que sonríen a diario en Wall Street no las tienen todas con ellos y si avanzan por un lado, al rato deberían reconocer que retroceden por otro lado. Es más; hace poco se desarrolló un breve diálogo entre dos autoridades de similar rango de EE. y China. Fue más o menos así:

EE. UU.: En esta guerra informática no declarada, les pedimos que no hackeen Wall Street.

China: Les garantizamos que no lo haremos.

EE. UU.: ¿Por qué debemos confiar?

China: Porque Wall Street es nuestro.

Estos que se creen “dueños de la pelota” son los difusores del “tener” mientras que en los países rebeldes suramericanos sus gobernantes están promocionando como válido el “ser”, que ellos llaman “vivir bien” como antitesis de vivir desesperados comprando y pagando deudas. En la historia de la humanidad, durante el oscurantismo, esta puja de valores se definió con dos expresiones latinas: Carpe diem (vive tu día, igual que en el presente según las publicidades, en especial las de bebidas alcohólicas) y hubi sunt (dónde están, para revalorar el pasado de familiares como próceres, de ahí que enfaticen tanto el pasado de Simón Bolívar, San Martín, José Martí, etc.).

Las pujas en el tablero son constantes mientras en el lejano oriente y en Suramérica surgen posturas novedosas que parecen ser inmanejables para los expertos predadores.

Según como se mire el juego desde afuera, los integrantes del grupo Bildenberg avanzan de manera arrolladora (promueven la globalización cuando en los hechos es la globo colonización), o el bando opositor cuenta con estrategias impensadas para los expansionistas perpetuos (piratas en otros tiempos).

En síntesis, la puja planetaria está entre expandir al infinito la tecnología de control o recuperar los valores humanos. En el medio del juego está cada habitante; también el lector y el autor.

Luis Colombatto


Volver a la Portada de Logo Paperblog