
Ante todo, os comento que empecé a acudir a eventos literarios el año pasado. Para mí fue todo un descubrimiento, y felicidad, poder entrar en contacto directo con los creadores de las historias y los seguidores que las leen. Poco a poco, me di cuenta de que había un chico rubioque solía frecuentar muchos eventos de este tipo, ya fuera como maestro de ceremonias para ayudar a un colega escritor o como parte del elenco fan en las gradas.Aunque confieso que no había leído nada salido de su pluma, empecé a sentir mucha curiosidad ya que el chico rubio -véase Javier Ruescas- exudaba dinamismo y energía positiva. ¿Alguna de esas cualidades se reflejaría en su estilo literario? Paradojas de la vida, me he encontrado con la oportunidad esperándome a la vuelta de una esquina en septiembre de este año. La nueva obra, PLAY, llamó a mi puerta y al poco ya estaba deslizándose bajo mis ojos exploradores.¡Música, maestro!
Dedicado a los jóvenes de hoy, cuyo mundo en común se debate entre redes sociales, mensajes de texto y música en el iPod, Javier Ruescas se mueve con ligereza en estas aguas siempre ansiosas, navegándolas con soltura lingüística y buen humor. Ese toque de broma algo gamberra es una sacudida siemprebienvenida en el conjunto de la historia. JR conoce los hitos que han marcado a su generación lectora. Hay un claro guiño al Potter que todos adoran que ni el más laico de sus seguidores osaría saltarse nada más comenzar la novela. Y luego siguen más. Aparte de numerosas referencias a cine, música, libros de la cultura popular juvenil más inmediata.La novela trata diversos frentes que siempre están en el candelero: las familias fracturadas, las relaciones complejas, los conflictos intergeneracionales, los sueños de los jóvenes en un mundo que aboga por la razón sobre la pasión...¿Y quién nos cuenta todo esto? El motor de esta historia es doble: dos hermanos de carácter opuesto que, de alguna forma, buscan lo mismo. Separados por la ambición y la falta de libertad, Leo y Aarón se reencuentran en Madrid en la casa familiar. Ambos tienen problemas, sueños por cumplir, chicas a las que recuerdan con una mezcla de emociones. Chocan enseguida, pero también son capaces de ver, no sólo que se echan de menos, sino que tienen en común un futuro por el que luchar.
El impulsivo Leo ansía la fama que le ha eludido hasta el momento. Cuando se tropieza con el talento escondido de su hermano, no duda en usar sus canciones para darle alas a su propio sueño. ¿Conseguirá convencer a Aarón de que su descabellado plan puede tener éxito? Y si por el camino logran atraer la atención de la archifamosa Dalila, antigua novia de Aarón, habrá valido la pena. A no ser que los sueños de dos chicos sean tan retorcidos como los sacrificios que les aguardan en aras de la fama.Tiene abundantes diálogos y la descripción es más que correcta, resulta muy satisfactoria. La historia comienza con normalidad, nada inusual o atípico, pero se desliza hacia delante con facilidad hasta que te percatas de que estás inmerso en la vida de dos jóvenes a los que no puedes olvidar. Al principio, Aarón y Leo son dos desconocidos. Dos chicos sin más. A las 80 páginas, estaba a gusto con ellos. A las 150, sentía una perenne curiosidad por sus vivencias. ¿Qué les iban a deparar las locuras de Leo y los talentos de Aarón? A partir de la mitad, éramos un trío. En el buen sentido, claro. Ahora conozco muy bien a Leo y Aarón, y siento que les he acompañado en su viaje.El vaivén de emociones entre hermanos se refleja con veracidad y cariño. Se nota esa corriente subterránea de rivalidad, esa culpabilidad por los errores, esa responsabilidad hacia el otro. Todo ello confiere un filo extra a la historia, muy bien aderezada con música y romance actual.
Se tocan todos los palos de la vida juvenil: desde los estudios y malos rollos entre amigos hasta los amores imposibles, las salidas nocturnas y las reyertas fraternales. Y, por supuesto, el gran Santo Grial de la fama y sus cegadoras recompensas.Lo de la bola, me mola. ¿Qué es eso de una bola? Pues el último recurso de la esperanza. Una bola de billar que responde a las cuestiones de Leo sobre su destino, recuerdo de una novia que aún merodea por sus pensamientos más íntimos. Sólo puedo decir que Tonya es una de las bellezas de la novela. Yo quiero una igual XD.
Si buscas un contraste con la marea de historias paranormales, Play ofrece una refrescante melodía para acompañar el día a día que muchos viven, junto a un toque de lo que muchos querrían vivir.

¿Tienes ganas de leer Play? ¿Has leído otra novela de Javier que quieras recomendarme? Adelante, soy toda tuya ;o)

