Ya lo decía el Sr. Sebastián, verdadero experto en economía, y con quien tal vez, las cosas hubiesen ido mejor que con otros conspicuos socialistas; que la cosa de los números, se la enseñaba a D. José Luis en un par de tardes. No era necesario más tiempo, tanto por la agudeza intelectual del leonés errante, como por la simplicidad de la materia, porque las cuentas de un país no son necesariamente más complejas que las del domicilio propio, y el Sr. Zapatero siempre ayudó mucho a Dª Sonsoles en la cosa esa. Ahora, aprendida la lección y tras dejar más de cinco millones de parados en el país que gobernó durante siete años, explica a los venezolanos que la crisis fue especialmente dura en España por el endeudamiento y que es necesario cambiar el modelo productivo. La verdad es que, como frases hechas, no están tan mal, y permiten salir del paso al sustituto de Lula da Silva, quien declinó su participación al acto al que acudió nuestro expresidente; el problema radica, desde mi punto de vista, en el precio. Sesenta mil euros por la charla no es moco de pavo, y eso que el adalid de la Alianza de Civilizaciones, todavía no se cotiza en el mercado de las conferencias, para alcanzar al propietario de la contaminante fábrica de zinc que pide un cuarto de millón de dólares por explicar a propios y extraños como salvar al mundo. El progresismo y la solidaridad zapateriles no conocen límites, y está dispuesto a compartir con los desfavorecidos su pensión como expresidente, sus emolumentos como miembro del Consejo de Estado y las minucias que percibirá en concepto de conferencias ilustrativas sobre temas en los que es un verdadero experto, como la economía, y algo menos, en la Alianza de Civilizaciones. Tengo ganas de escucharlo pronunciando unas palabras sobre el tema en la Mezquita de la meca, por poner un sitio. Casi nada.