El conflicto palestino-israelí no tiene un origen religioso

A pesar de que muchos creen que el conflicto palestino-israelí es un conflicto milenario ocasionado por las diferencias religiosas, esto no podría ser un escenario más alejado de la realidad.

Asentamientos judíos y musulmanes han convivido en paz en Medio Oriente desde siempre, son parte de la cultura e historia de la región. Hay fotografías del siglo XVIII y XIX de Jerusalem, en donde se ve a miembros de ambas religiones entrando en las mezquitas u orando en el Muro de las Lamentaciones, sin que estas actividades desencadenaran un conflicto armado. Incluso ahora, en medio del conflicto palestino-israelí, se dan relaciones entre judíos y musulmanes, particularmente en zonas en donde ambos grupos conviven por razones laborales.

Hay una historia que ilustra claramente que el conflicto no es religioso:

Una chica judía se enamora de un muchacho musulmán palestino. Él trabaja de forma ilegal desde antes de la primera intifada, viven juntos en casa de los padres de ella; pero cuando la violencia se intensifica también lo hacen las restricciones en Israel, así que ambos deciden mudarse a un campo de refugiados en Palestina. La joven se convierte al Islam, esto significa que automáticamente se convierte en musulmana. Se va a vivir con la familia de él y queda embarazada. Cuando los vecinos se enteran de su origen israelí, deciden matarla a pesar de su religión. La familia de él logra evitar el linchamiento gracias al apoyo de las milicias de Yaser Arafat y la deportan a Israel.

Una familia devota musulmana es separada para siempre, por un conflicto armado que nada tiene que ver con su religión.

La guerra siempre es un fenómeno complicado, implica luchas de poder en lo económico y lo territorial, particularmente los conflictos modernos. Incluso las cruzadas, que tenían un aparente motivo religoso, tenían un trasfondo político.

Por ello resulta absurdo creer que el actual conflicto palestino-israelí tiene un origen milenario y religioso. También es ridículo culpar a todos los judíos del mundo de la ocupación israelí (aunque muchos antisemitas traten de propagar este mito), así como tampoco tiene ningún sentido creer que todos los musulmanes del mundo son unos terroristas (como también lo creen tantos grupos supremacistas).

¿Qué tanto influye la religión en el conflicto?

Tanto que la mayoría de los palestinos locales descienden étnicamente de asentamientos judíos y cristianos previos a la invasión del Imperio Turco Otomano, tanto que los palestinos que migraron al continente americano practican el cristianismo, tanto que los musulmanes que viven en Israel se consideran a sí mismos como israelíes o árabe-israelíes (no así las personas descendientes de los refugiados palestinos tras la guerra de 1967, quienes sí conservan su identidad palestina).

Así pues, es claro como el conflicto palestino-israelí no tiene nada que ver con la religión, sino, al igual que todas las guerras, en un tema territorial con motivos económicos y políticos.

Notas aclaratorias

Para quienes tienen algunas dudas, no pretende explicar aquí los orígenes complejos del conflicto, sino sólo señalar las fechas oficiales de la creación de ambos países. Ambos fenómenos se dieron a finales del siglo XX, de manera que la guerra se dio en la contemporaneidad y que no es de ninguna manera un problema milenario, mucho menos religioso:

El Estado de Israel declaró su independencia del Protectorado Británico en 1948. Se constituye como Estado Judío, no en cuanto a lo religioso, sino en la peculiaridad de ser el único país que garantiza la seguridad física de una minoría, esto debido al auge del antisemitismo en la Europa Occidental. Así pues, el Estado no posee un gobierno religioso, aunque actualmente sí tiene gobernantes de ala derechista y conservadora.

El Estado de Palestina declaró su independencia en 1988, y a pesar de que ha sido reconocido por más de 130 países y de ser aceptado en la ONU desde 2012, Israel no lo ha reconocido como tal, por lo que mantiene sus territorios ocupados militarmente justificando este acto como una medida de seguridad. Palestina tampoco mantiene un gobierno religioso, aunque los gobernantes actuales se identifican con los sectores más fundamentalistas del islam según algunos analistas.