Mientras el comunismo made in Spain consagraba a su caudillo en Vistalegre II, el Partido del Establishment por excelencia hacía lo propio en Caja Mágica (donde meter sobres mágicos). Resultado, los dos caudillos de las dos Españas consagran su liderazgo y su monopolio sobre los falsos propósitos de democratización de esas dictaduras corruptas que con los Partidos Políticos. Tal y como existen ahora, no van a ser democráticos nunca. No nos hagamos ilusiones. Pero bueno. Eso ya lo sabemos. Ningún gurú va a venir a descubrírnoslo ahora.
Hay que reconocer que en el PP tienen valor. O jeta. ¿Por dónde empezar? Ah, sí, ya. Por lo que se nos va. El líder de la formación que se agarra como una lapa al conservadurismo institucional más rancio va y dice que “sobre el incumplimiento de la Ley y de la Constitución no se puede dialogar”. Se envalentona: “No aceptaremos las imposiciones y, por tanto, impediremos la celebración de un referéndum contrario a la Ley y la Constitución”. Muchos españoles llevamos años esperando que el valor expresado en los discursos se convierta en realidad algún día. Claro que el hacer mías estas esperanzas no es más que una piola retórica. Viniendo de uno de los partidos (el otro es el PSOE, claro) que lo único que ha demostrado es una cobardía sin límites rayano lo criminal a la hora de aplicar esa misma Ley y Constitución que tanto se evoca pero tan poco se respeta, el órdago se antoja insultante. Podéis estar seguros de que si se aplicase la Constitución este problema ya estaría finiquitado.
Todo esto con el telón de fondo del caso Gürtel, en el que la Fiscalía de la Audiencia Nacional pide que se condene al Partido Popular como partícipe lucrativo por haberse ahorrado 245.492 euros en la trama encabezada por Francisco Correa, después de que el abogado que les representa pidiera la nulidad del caso y se negara a responder a las preguntas que se le dirigieron, lo que, según el artículo 700 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 307 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, significa que se le declarará confeso de los hechos. Por no hablar ya de la imputación (aunque lo quieran llamar ahora “investigado”, qué listos) de la formación en el Caso Bárcenas. Algo insólito en la historia de la “democracia” española. Unos pioneros. ¡Ah! Y no se nos olvide que el mismo día de la inauguración de un congreso abúlico se condenaba a 13 años de cárcel a los cabecillas de la Gürtel valenciana. Que la corrupción “pase a ser Historia” dijo el líder. Créetelo Mariano.
Pero qué cabe esperar de un partido que rehúye las primarias como la peste. Rajoy ha sido elegido con el 95,65% de los votos de los compromisarios. Nada de voto directo de militantes y afiliados. Total, para qué. Aunque un pequeño barniz le han pasado al asunto, porque ahora han aprobado un nuevo sistema aún muy lejos de las primarias, en el que hay dos vueltas: los militantes votan en la primera y los compromisarios en la segunda, que son quienes tienen la última palabra. La regeneración democrática de estos pigmeos llega sin poner coto a la acumulación de cargos, de lo que es María Dolores de Cospedal el exponente más mediático. Que baje Dios y lo vea. Secretaria General, Ministra de Defensa (¡) y líder del partido en Castilla-La Mancha. Ahora metemos la figura del Coordinador para limar unas asperezas que difícilmente van a verse aliviadas con una maniobra tan burda. A lo hecho, pecho. Más burocracia, más cargos, más opacidad.
Nada nuevo bajo el sol. Con un proyecto de país con horchata en las venas, que sólo se limita a decir que lo suyo, aunque malo, es mejor que lo peor, que es el comunismo de PODEMOS o la atomización del PSOE (CIUDADANOS no cuenta, salvo para ser bisagra, ya se sabe), el Congreso de una de las patas de Establishment ha dado todo lo que se esperaba de él. Es decir nada. Miopes ante la realidad de la gente de diario. Insensibles ante las penurias con que muchos ciudadanos viven su vida. El partido de Gobierno y aquí quejándonos de que nos traten como imbéciles. Pura mercancía electoral para desechar como el papel higiénico.
Es lo que somos. Es lo que votamos. Es lo que nos espera.
Pablo Gea Congosto
Revista Opinión
Sus últimos artículos
-
El gran problema de España no es Sánchez sino el PSOE
-
La DANA de Valencia es el más miserable fracaso de los políticos españoles en muchos siglos
-
El triste fracaso del sanchismo deja una España gravemente enferma
-
Europa está en manos del verdadero neofascismo, la cultura woke marxista y progre