Nº DE PÁGINAS: 320
EDITORIAL: PLANETA
SINOPSIS:
Un azteca descubre Europa antes del viaje de Colón.
¿Cómo sería el mundo si la Conquista de América no hubiera sido como creemos que fue? Quetza, el más brillante de los hijos de Tenochtitlan, intuía que había un continente por descubrir al otro lado del océano. Para demostrarlo se hizo a la mar con una nave construida con sus propias manos y un puñado de hombres. Así, adelantándose a los grandes viajeros, es el primero que logrará realizar el viaje a una nueva tierra: Europa.
Federico Andahazi nos sorprende con una historia audaz, una crónica apasionada de los tiempos en que el mundo tuvo la oportunidad de ser otro.
OPINIÓN:
¡Vaya! El mundo al revés. Los aztecas colonizaron Europa antes de que lo hiciera Colón con ellos.
La temática del libro es bastante novedosa y sólo por eso me decidí a leerlo.
El protagonista, Quetza, es un ñiño huérfano al que encomiendan cuidar al viejo Tepec que consigue salvarlo en el último instante de un sacrificio. A partir de aquí se dedicará a educarle hasta que por su edad tengan que separarse para entrar en el Calmelac, una especie de academia, donde deberá competir con otros alumnos para ser el mejor.
Es durante su infancia cuando empieza a desarrollar un talento innato para la navegación y la construcción de naves de madera, y empieza a tener claro que su destino está allende los mares con su propio barco, cosa poco común en esa tierra que protegidos por montañas y el gran lago, veían en el mar un peligro innecesario de conocer.
Tras sus visicitudes en la academia,( parte del libro que me gustó bastante) Quetza es desterrado y aprovecha la situación para realizar sus sueños, y así con un gran barco y su tripulación formada por asesinos y delincuentes parte en busca de otros mundos.
“Zarpamos desde la punta de la bahia de Atototl cuando el sol comenzaba a despuntar. El mar estaba calmo y una brisa suave henchia el velamen. Cuatro remeros eran suficientes para mantener una velocidad considerable. A bordo reinaba la misma tranquilidad que en las aguas; los animos de la tripulacion estaban tan serenos que tal vez fuese aquel el presagio de una calamidad. Mexicas y huastecas, viejos enemigos, remaban acompasadamente y trabajaban juntos en las faenas. Pero todo lo hacian sin dirigirse la palabra, sin si-quiera mirarse; cualquier pequena rispidez podia significar la chispa que encendiera la hoguera. Los huastecas, expertos navegantes, se movian seguros de aqui para alla por la cubierta sin perder el equilibrio; en cambio los mexicas se mostraban vacilantes, por momentos sufrian mareos y se arqueaban sobre la baranda para vaciar las tripas. Considerando la superioridad de los antiguos dominados en esta pequena patria flotante, los reclusos liberados debian admitir para si que su vida dependia ahora de aquellos a quienes solian avasallar. Era una calma forzada por las circunstancias. Pero temia yo que no durara demasiado.
Pasado el mediodia note de pronto una expresion de panico en la cara de los mexicas. Gire mi cabeza para mirar en la misma direccion que ellos y mi corazon se estremecio: la angosta linea de tierra sobre el horizonte habia desaparecido por completo a mis espaldas. Adonde mirara no veia mas que agua. Todas mis creencias, todas mis convicciones han quedado suspendidas sin tener en donde afirmarse.” Tras atravesar el caribe, donde conocen a los caniba que por cierto eran caníbales, y tras algún motín y a punto de desfallecer exhaustos, consiguen llegar a Huelva. Recibidos como dioses, continuarán con su aventura en busca de audiencia con los Reyes Católicos. Sus avances le llevan por Francia, Venecia… donde va tomando anotaciones y aprendiendo para su regreso, con la intención de volver para conquistar todo. El libro es bastante entretenido, pero en la segunda parte pierde un poco de intensidad y creo que podía haber sido algo más pretencioso. No obstante es un libro recomendable. PUNTUACIÓN SOBRE 4: