Hace justo dos años por estas fechas me encontraba terminando una caricatura de Pedro Sanchez, y a un tiempo escribiendo las lineas que acompañarían a ese dibujo en su correspondiente post. Confieso que no recordaba con exactitud el contenido de aquella entrada, por lo que la he releído regocijado en el acierto de aquellas premonitorias apreciaciones. El regocijo no viene dado en sí por aquel acertado vaticinio de esta especie de catarsis socialista a la que ya, la incrédula y abatida sociedad española asiste impertérrita, sino porque probablemente fuera de esas escasas ocasiones en que no equivoqué demasiado el que, en aquel entonces pudo parecer un catastrófico y exagerado análisis. Nada mas lejos de la realidad, recordando de forma rápida todo lo vivido en el último año en torno al histórico partido socialista, no puedo sino decir que aquel post se quedó bastante corto. Algunos de los más importantes dirigentes socialistas se esfuerzan diariamente en demostrar que la realidad puede llegar a superar cualquier ficción imaginaria por muy descabellada que en un primer momento parezca, y que aquello de que todo es susceptible de empeorar, es completamente cierto. Tras un año repleto de desatinos, vaivenes y varapalos políticos el PSOE cesó a su Secretario General y según nos dijeron, todos se pusieron aguja y dedal en mano, en la complicada tarea de "coser" las enormes diferencias existentes entre los socialistas ¿Alguien puede creer que el actual caos del PSOE se resume en un simple "descosido" ideológico? La bandera del PSOE no solo está deshilvanada, ya más parece un guiñapo desgarrado y deshilachado conformado por mil retales y parches de muy diferentes colores y texturas, que cada vez se aleja más de ser ese símbolo de cohesión de la social democracia española. La total divergencia interna de criterios ideológicos, estructurales y organizativos acerca de asuntos tan importantes como la propia idea de la España del S.XXI se hacen extensibles a su propia organización, y si bien es cierto que la discrepancia y el debate interno suelen fomentar el crecimiento y la consolidación de cualquier asociación, en el caso del SOE la distancia de posturas entre sus dirigentes se antoja kilométrica e insalvable. De norte a sur y de oeste a este podemos encontrar un rosario de federaciones socialistas, y cada una con su particular visión de España y de su propio partido, tanto que en ocasiones ni siquiera parecen pertenecer a la misma organización política. Esta labor de unificación de criterios y objetivos tan dispares ya de por si, parece casi misión imposible, y mas si tenemos en cuenta que los "futuribles" secretarios generales, por el momento no andan entre agujas, hilos y alfileres trabajando conjuntamente en el enorme remiendo que su partido necesita. Al contrario, las figuras mas significativas del partido comienzan a caminar hacia sus primarias entre deslealtades, traiciones, vendettas y intrigas palaciegas, mas preocupados en como alcanzar su cuota de poder que en buscar las soluciones urgentes que su partido necesita.
El mejor ejemplo de desfachatez política lo tenemos en el que puede ser uno de los políticos mas mediocres de la historia del socialismo reciente. Bien es cierto, que podía esperarse la candidatura de Patxi López a la Secretaria General, pero no tanto que secuestrará el infantil y vacío ideario de Pedro Sanchez. El mismo discurso y sin matices por el que fue destituido el ex secretario, el mismo que mantiene al PSOE completamente dividido, y el mismo que en dos elecciones consecutivas ha llevado al PSOE a ser la tercera fuerza política en intención de voto. Este desagradecido político que debe sus dos grandes logros políticos al apoyo del partido que tanto detesta, aconsejó a Pedro Sánchez que abandonase su acta de diputado, para semanas después y sin tapujos, apropiarse del mensaje, de los eslóganes y de los desleales "capitanes" de Sanchez.
Lo paradójico es que se presentó como la solución "reunificadora" en el partido, y aunque a primera vista parece lo contrario tal vez sea así. Vayamos por partes y pensemos en términos de estrategia política. Por un lado, es mas que evidente, que una gran parte de la militancia y de los propios votantes cree en la llamada "tercera vía" y en la radicalización del partido, también lo es que esos votos sin una representación con la que identificarse, terminarían fondeando en la formación morada. Por otro lado, la irrupción de López en lo términos que se presentó, prácticamente anula la posibilidad de la vuelta a la secretaría del repudiado Pedro Sánchez, Por último, la facción mas radical del PSOE necesita un representante capaz de llegar a consensos con la vieja guardia socialista y con quien se presume será la candidata a la Secretaría en representación del socialismo moderado, y porqué no y llegado el caso a evitar las primarias alcanzando acuerdos de gobierno del PSOE con la que a día de hoy parece ser favorita, Susana Diaz.
Ante la crítica situación institucional del PSOE, tal vez cuando nos decían que la Gestora y todo superviviente político en el partido se pondría en la tarea de "coser" se referían mas bien a hacer este tipo de encajes de bolillos, y si alguien hay en esta organización capaz de maquinar este tipo de intrigas es Alfredo Perez Rubalcaba y su grupo de comunicaciones amigo, PRISA. Hay quien apunta hacia su sombra y aunque el caos socialista pueda confundirnos, todo parece indicar que tal vez sea cierto y que este nuevo capítulo del desconcierto socialista sea parte de un plan bien urdido. Hoy tomaba un café en un bar mientras veía una entrevista a Carolina Bescansa, en la que comentaba que el circo actual que es PODEMOS obedecía a conspiraciones externas a su formación y no pude mas que pensar que tal vez ese imaginario plan no se quede solo en el PSOE y el fin final sea "socializar" PODEMOS institucionalizando la formación a través de I. Errejón y "podemizando" al PSOE a través de un socialista radical algo mas moderado como es P. Lopéz. Al final Rubalcaba y PRISA saben perfectamente que la única forma de volver al gobierno de España es llegando al entendimiento entre las dos formaciones mayoritarias de izquierda.