Revista Religión
Mateo 28
1 Pasadoel sábado, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena yla otra María a ver el sepulcro. 2 Yhe aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió delcielo y llegando, removió la piedra de la puerta, y se sentó sobre ella. 3 Ysu aspecto era como relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. 4 Yde miedo de él, los guardias temblaron y se quedaron como muertos. 5 Yrespondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé quebuscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 Noestá aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto elSeñor.
7 Eid pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquíva delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, he aquí, os lo he dicho. 8 Yellas, saliendo aprisa del sepulcro, con temor y gran gozo, fueron corriendo adar las nuevas a sus discípulos. 9 Ymientras iban a dar las nuevas a sus discípulos, he aquí, Jesús les sale alencuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y leadoraron. 10 EntoncesJesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos para que vayan aGalilea, y allí me verán.
Piense enalgún tiempo cuando tuvo el corazón destrozado porque sus expectativas sevieron frustradas y su mundo se le vino abajo. Eso fue exactamente lo que pasócon las mujeres que llegaron a la tumba de Jesús. Habían puesto todas susesperanzas en Él como el Mesías prometido a Israel. Pero ahora estaba muerto.
¿Puedeusted imaginar el cambio repentino que se produjo en sus emociones y en superspectiva cuando un ángel les dijo que Él había resucitado? Su esperanzarevivió. A pesar de que este hecho sucedió hace casi 2.000 años, la tumba vacíatiene todavía un mensaje para nosotros. Como sucedió con estas mujeres,nosotros también podemos ser cambiados dramáticamente si consideramos las consecuenciasde la resurrección de Cristo. Eso debe afectar nuestra manera de vivir a partirde ese momento.
Laresurrección de Jesús prueba que hay vida después de la muerte. Muchos piensanhoy que la existencia terrenal es todo lo que hay. Pero esta creencia le quitapropósito y significado a la vida. Dios nos creó como almas eternas, y Jesúsdemostró que la muerte no es el fin; nos espera mucho más.
La tumbavacía también nos da esperanza y disipa nuestros temores sobre la muerte.Quienes ponen su fe en el Señor Jesús como su Salvador, serán resucitados a unavida nueva, así como Él resucitó.
Ninguno denosotros sabe qué día el Señor nos llamará a su presencia. Pero sí sabemos queÉl nos prometió un lugar en el cielo (Jn 14.1-3). La muerte no es el fin, sinoel comienzo de la más grande aventura de nuestras vidas —la partida al hogarcelestial para estar con Cristo.
Fuentes: EnContacto