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El cónsul de Sodoma (Sigfrid Monleón, 2.009)

Publicado el 06 octubre 2011 por Rugoleor @rugoleor
El cónsul de Sodoma (Sigfrid Monleón, 2.009) <\/param><\/embed><\/object><\/div>";" alt="" />El cónsul de Sodoma (Sigfrid Monleón, 2.009)

Calificación:

Crítica: 5,254 Público: 5,202 España: S/C Rugoleor: S/C

Ficha:

Título Original: El cónsul de Sodoma

Director: Sigfrid Monleón

Guionistas: Migue Ángel Fernández, Joaquín Górriz, Sigfrid Monleón

Intérpretes:

Jordi Mollà, Bimba Bosé, Àlex Brendemühl, Josep Linuesa, Isaac de los Reyes, Vicky Peña, Alfonso Begara, Juli Mira, Biel Durán

Productor: Andrés Vicente Gómez

Fotografía: José David Montero

Música: Joan Valent

Montaje: Pablo Blanco

Nacionalidad: España

Año: 2.009

Duración: 110 minutos

Edad: 13 años

Género: Biográfica, Drama

Distribuidora: Rodeo Media, S. A.

Estreno: 08-01-2.010

WEB Oficial: Web Oficial de la película en España

Espectadores: 55.953

Recaudación: 335.848,24 €

Visitas: 0

Popularidad: 0,00%

Puesto:  

Sinopsis:

Manila, 1.959. Jaime Gil De Biedma (30) es un carismático directivo de la Compañía de Tabacos de Filipinas… durante el día. Por la noche el poeta libera su homosexualidad en los clubes de los bajos fondos de la ciudad. Así conoce a Johnny, un joven que trabaja en un cabaret erótico. La pobreza de Manila impresiona vivamente a Jaime y agudiza su conciencia social. De regreso a Barcelona, la policía le interroga sobre sus amistades subversivas, que aún sueñan con un cambio de régimen en el país. Visita a su amigo y editor Carlos Barral y se encuentra con Juan Marsé, un joven escritor que está a punto de publicar su primera novela. Paralelamente, Jaime intenta salvar su relación con Luis, su amante, pero éste le abandona. El padre de Jaime soluciona el asunto de la policía, pero le advierte a su hijo de que debe poner orden en su vida, porque compromete a la familia y a la empresa. Mediados los años 60, la sociedad de estabiliza y un nueva generación se congrega en la sala de fiestas Bocaccio. Allí Jaime conoce a la sexy y enigmática Bel (28), divorciada y con dos hijos, y entabla una relación con ella. Jaime ha comprado un apartamento y le ha pedido a Bel que se case con él, pero ella lo rechaza: son dos seres libres y eso sería condenar su relación al fracaso. Abrumado por los acontecimientos, Jaime se pierde en la noche y se emborracha. Esa misma noche, Bel muere en un accidente de tráfico. Al conocer la noticia, Jaime se hunde definitivamente e intenta suicidarse. Poco a poco consigue recuperarse, con el apoyo de su familia y amigos. Pero ya no volverá a escribir poesía. A comienzos de los años 70 Jaime viaja a Filipinas y tiene que vérselas con los cambios económicos que la empresa viven bajo la dictadura de Marcos. A su regreso, Jaime conoce a Toni, un joven ayudante de fotógrafo de origen humilde, con quien inicia una relación sentimental. Éste, por su parte, se empeña en aprender de Jaime y le pide que le introduzca en un mundo de sofisticación desconocido para él. A la muerte del el padre de Jaime y los acontecimientos se precipitan: la creciente tensión entre él y Toni desemboca en una riña violenta en la casa de campo que Jaime ha comprado como nido de amor. Toni le expulsa de la casa, Jaime tropieza y queda malherido bajo la nieve. Tras la muerte de Franco el país recupera la democracia mientras un maduro Jaime vive sus días con un joven actor de teatro. El paso del tiempo y la enfermedad hacen mella en él. Sus amigos, que saben que Jaime se muere, le organizan un recital en la Residencia de Estudiantes que se convierte en un reconocimiento público al poeta. Pero Jaime ya sólo quiere despedirse de la vida.

Comentario:

“El cónsul de Sodoma” retrata la vida del poeta Jaime Gil de Biedma desde su juventud hasta su muerte de sida a principios de los noventa, haciendo especial hincapié en sus relaciones amorosas y mostrando el sexo sin tapujos. Jordi Mollà encarna al poeta con todas sus contradicciones: inicios burgueses como hijo de un importante empresario tabacalero, flirteo con ideologías políticas de izquierdas y homosexualidad. Este papel le valió una nominación al Goya. La película supuso el debut cinematográfico de Bimba Bosé.

09-01-2.010 – JOSU EGUREN

La vida a tragos

Un título tan sugerente como “El cónsul de Sodoma” no deja lugar a dudas. Habrá sexo, ¿explícito?, experiencias al límite, 'dandys' y diletantes, y poesía, mucha poesía. El problema aparece cuando descubrimos que el 'biopic' de Gil de Biedma se queda corto en dos de sus ingredientes fundamentales: el cine -maniobrado con rigor académico y arritmia- y la falta de profundidad en la descripción del microcosmos vital del protagonista. Sigfrid Monleón se esmera en atrezzar los espacios, pero no es capaz de revivirlos, de tal forma que Manila, el barrio chino barcelonés o Calaffel aparecen retratados como simples decorados que acentúan el perfil acartonado de los personajes que formaron parte de ese círculo íntimo.

La sombra de Jordi Mollà oculta algunos defectos, como el impenitente abuso de los filtros fotográficos o la inelasticidad de la cámara cuando se maneja en espacios turbios y reducidos, y pone de manifiesto todos los anteriores, especialmente cuando su personaje se mide a Carlos Barral, Juan Marsé y James Baldwin. La poesía del escritor catalán se escucha de fondo, aunque le cuesta rimar con unas imágenes generalmente aplanadas por su falta de contenido, de tal forma que es difícil integrar su doble significado si no se se tiene fresco en la memoria su poemario póstumo.

Es pública la voracidad de Gil de Biedma, y su relación apasionada con Isabel Gil, su musa, de ahí que no se entienda la pecatería de Monleón a la hora de describir unos encuentros sexuales que en su gestación amagan con arrimarse a las querellas 'genetianas', para acabar cercenados por los ¡corten! selectivos. Monleón opta por clonar y multiplicar situaciones, y deja de la lado las afinidades literarias del autor, salvo puntuales extravíos. Abarca mucho, y al final no le queda tiempo para resolver algunos conflictos que quedan sepultados por una poética y tragicómica secuencia final en la que Biedma/Mollà redescubren el significado de apurar el último trago de vida.


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