El pescado blanco es aquel que tiene menos grasas, y por tanto menos calorías, con una media de 70 calorías por cada 100 gramos, con as ventajas de que tiene un buen valor biológico de proteínas y se digiere con más facilidad.
El pescado blanco que menos índice de grasas tiene es el bacalao, con un 0,2% de grasas, aunque también están el rodaballo, lenguado, pescadilla, merluza, trucha y rape. Los pescados semigrasos son los que tienen nivel de grasa entre 2,5% y 6%, como la dorada, lubina y besugo. Por eso no se deben consumir tanto como los demás.
¿Y por qué es bueno el pescado blanco en el embarazo? Porque es sano, aporta muchos beneficios, y además se afirma que comer este alimento en el embarazo favorece el desarrollo mental del bebé si se consume al menos dos veces a la semana. Un alimento nutritivo, con bajo contenido en grasa y que se puede preparar como se quiera consiguiendo buenos sabores, todo ello con muchos beneficios. Y lo cierto es que hay muchos donde elegir. También es una gran opción para los niños.
Eso no quiere decir que no haya que comer otros alimentos, ni que el pescado azul no sea bueno, sino que simplemente el pescado blanco es una gran opción sana y nutritiva porque son pescados ricos en vitaminas B y yodo. Eso sí, mejor pescados naturales que los de piscifactoría.
No se recomienda comer pescado crudo en el embarazo, aunque haya gente a quien le gusta, ya que hay peligro de infecciones o intoxicaciones. Tampoco el pescado ahumado, salado, en vinagre o marinado que no han pasado un proceso de cocción. Con la alimentación hay que tener mucho cuidado, y especialmente en una época tan delicada en que muchas cosas pueden afectar al bebé.