Una investigación dirigida por Harvard TH Chan School of Public Salud en colaboración con
investigadores del Hospital Brigham and Women's y el Centro Médico Sheba en Israel publicado
en Science Translational Medicine encontró
queel propionato usado normalmente en
postres, leches saborisadas, pasteles, pastas y queso, puede desencadenar una
cascada de eventos metabólicos que llevan a la resistencia a la insulina y la
hiperinsulinemia. En el estudio, los investigadores administraron este ácido
graso de cadena corta a ratones y observaron que activaba rápidamente el
sistema nervioso simpático, lo que provocó un aumento de el glucagón, la norepinefrina
y la proteína de unión a los ácidos grasos 4 (FABP4). Esto, llevó a los ratones
a producir más glucosa a partir de sus células hepáticas, lo que lleva a diabetes.
Además, los investigadores encontraron que el tratamiento crónico con una dosis
de propionato que era equivalente a la cantidad consumida típicamente por los
humanos condujo a un aumento de peso significativo en los ratones, así como a
la resistencia a la insulina. Ademas los investigadores establecieron un
estudio doble ciego controlado con placebo con humanos, un grupo recibió una
comida que contenía un gramo de propionato como aditivo y el otro grupo recibió
un placebo. Las muestras de sangre se recolectaron antes de la comida, dentro de
los 15 minutos de haber comido y cada 30 minutos durante cuatro horas. Los que
consumieron propionato tenían aumentos significativos de norepinefrina, glucagón
y FABP4 poco después de comer la comida. Los hallazgos confirman que el
propionato puede actuar como un "disruptor metabólico" que
potencialmente aumenta el riesgo de diabetes y obesidad en los seres humanos.
Revista Salud y Bienestar
Una investigación dirigida por Harvard TH Chan School of Public Salud en colaboración con
investigadores del Hospital Brigham and Women's y el Centro Médico Sheba en Israel publicado
en Science Translational Medicine encontró
queel propionato usado normalmente en
postres, leches saborisadas, pasteles, pastas y queso, puede desencadenar una
cascada de eventos metabólicos que llevan a la resistencia a la insulina y la
hiperinsulinemia. En el estudio, los investigadores administraron este ácido
graso de cadena corta a ratones y observaron que activaba rápidamente el
sistema nervioso simpático, lo que provocó un aumento de el glucagón, la norepinefrina
y la proteína de unión a los ácidos grasos 4 (FABP4). Esto, llevó a los ratones
a producir más glucosa a partir de sus células hepáticas, lo que lleva a diabetes.
Además, los investigadores encontraron que el tratamiento crónico con una dosis
de propionato que era equivalente a la cantidad consumida típicamente por los
humanos condujo a un aumento de peso significativo en los ratones, así como a
la resistencia a la insulina. Ademas los investigadores establecieron un
estudio doble ciego controlado con placebo con humanos, un grupo recibió una
comida que contenía un gramo de propionato como aditivo y el otro grupo recibió
un placebo. Las muestras de sangre se recolectaron antes de la comida, dentro de
los 15 minutos de haber comido y cada 30 minutos durante cuatro horas. Los que
consumieron propionato tenían aumentos significativos de norepinefrina, glucagón
y FABP4 poco después de comer la comida. Los hallazgos confirman que el
propionato puede actuar como un "disruptor metabólico" que
potencialmente aumenta el riesgo de diabetes y obesidad en los seres humanos.
