Revista Educación
El Hombre vitruviano, de Leonardo da Vinci, estudio de las proporciones en el cuerpo humano.
No hace tanto tiempo que lo que decía una empresa para captar, mediante los mensajes publicitarios, la acción de compra por parte de los usuarios era muy directa, dejando muy claro que eran los mejores, los únicos, y al alcance de nuestra mano.
Los primeros pasos de un gran slogan que desde hace un tiempo gusta mucho en determinados sectores "cliente preferente", no por una escucha y conversación activas con los usuarios, sino más bien por haber enmarcado y vender tanto interna como externamente una filosofía de empresa que es pura imagen o apariencia y que sólo existe metida a golpe de imposición en los departamentos correspondientes. Una imagen que era posible sustentar sin preocupación ya que los canales de comunicación e información existentes eran pocos y bailaban según ritmos dirigidos. Eran mensajes impositivos y como tales no permitían la reflexión, únicamente la acción.
Y del no hace mucho, al aquí y ahora, es lo que tiene el juego que siempre campa a sus anchas y modifica sus reglas según camina por el tiempo, para potenciar y proyectar al máximo la capacidad comunicativa del equipo jugador. Éstos son los que han construído las bases sobre las que se asientan empresas que vieron hace algunos años que un logo o slogan no sólo es una imagen más o menos vistosa, y no sólo es un mensaje atractivo que capta nuestra atención para picar el anzuelo. Jugaron al juego de los posibles, de los puede ser y descubrieron que la imagen es la identificación con la marca, siendo capaz de crear fans dentro y fuera. Transformando conceptos ya pasados y construyendo una filosofía de marca, en una serie de valores que son los que las personas van a tener en cuenta a la hora de decantarse por una imagen de marca o una imagen de empresa.
Mensajes que son coherentes con la filosofía que realmente existe internamente y con la misma que vende la empresa buscando entre todas las estructuras creadas, o desarrollando nuevas que sean acordes a las exigencias de los cambios sociales. Estructuras que son creadas con herramientas seguras y de probada eficacia en sus resultados como es el arte. Marcando claras diferencias entre lo que fue empresa y la que quiere tener imagen de marca.