Revista Deportes

Él contra todos

Publicado el 07 febrero 2013 por Futbolgol

mourinho

Del artículo anterior se podría desprender que el autor del mismo se posicionaba del lado de José Mourinho, nada más lejos de la realidad, esto no es una historia de buenos y malos, sino de intereses que en un momento fueron los mismos pero ahora parecen contrarios. Este artículo va a intentar dar una visión de cual ha sido la actitud del técnico luso hacia cada uno de los actores que son importantes para el Real Madrid.

Varias son las constantes en la relación de Mourinho con sus plantillas, una, es la tremenda exigencia a la que les obliga, otra, el crearse una camarilla de jugadores afines en los que apoyarse en caso de problemas  y una tercera es la gran relación que suele tener con los pesos pesados del vestuario. Las dos primeras se han cumplido a rajatabla. La exigencia deportiva ha sido, en sus dos primeras temporadas, máxima, esto se ha traducido en resultados, 1 título de liga, otro de Copa del Rey y 2 semifinales europeas, la actitud del equipo era excelente, aguerrida y luchadora, imponía su calidad arrollando al rival. 

La segunda también se fue completando poco a poco, con la llegada de Carvalho y Coentrao consiguió formar una camarilla luso-brasileña que ha sido importante tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. La tercera se ha cumplido a medias, al principio el apoyo de la plantilla pareció total, pero en este verano esto se ha tornado, empezando un claro enfrentamiento con el sector español del vestuario, encabezado por Casillas, Ramos y Alonso.

Con la directiva la relación también comenzó siendo modélica aunque poco a poco empezó a deteriorarse, sobre todo con la dirección deportiva, encabezada por Jorge Valdano. Florentino Pérez tuvo que elegir entre uno u otro y el hispano-argentino terminó saliendo perdedor. Con ello Mourinho tomó el poder absoluto en la parcela deportiva, ha hecho y deshecho a su antojo. Es su responsabilidad la actual estructura blanca.

Por último, aunque no menos importante, la prensa recibió encargada al portugués, un hombre que da portadas habitualmente. Al principio le rieron las gracias, vendían más periódicos gracias a él así que todo iba viento en popa.  A medida que los resultados empeoraron y con ello las relaciones con la plantilla y la directiva ya analizadas, la prensa (no se sabe en qué grado azuzadas por la presidencia blanca), comenzó una campaña de desprestigio que aún continúa, encabezada por los dos periódicos que siguen la actualidad del equipo de Concha Espina más de cerca. Información acerca de topos en el vestuario, desplantes a los medios, amenazas a periodistas…

En definitiva, aquí cada uno ha jugado sus cartas y la conclusión final puede que sea que todo fue bonito mientras remaron todos juntos, ahora que cada uno va por su lado, el barco puede acabar naufragando.


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