Revista Coaching
Eran las nueve de la mañana y Nasruddin seguía completamente dormido. El sol estaba en todo lo alto, los pájaros gorjeaban en las ramas y el desayuno de Nasruddin se estaba enfriando. De manera que su mujer le despertó. Nasruddin se espabiló furiosísimo: — «¿Por qué me despiertas precisamente ahora?», gritó. «¿No podías haber aguardado un poco más?».— «El sol está en todo lo alto», replicó su mujer, «los pájaros gorjean en las ramas v tu desayuno se está enfriando»— «¡Qué mujer más estúpida!», dijo Nasruddin. «¡El desayuno es una bagatela, comparado con el contrato por valor de cien mil piezas de oro que estaba a punto de firmar!».De modo que se dio la vuelta y se arrebujó entre las sábanas durante un largo rato, intentando recobrar el sueño y el contrato que su mujer había hecho añicos.Ahora bien, sucedía que Nasruddin pretendía realizar una estafa en aquel contrato, y la otra parte contratante era un injusto tirano. Si, al recobrar el. sueño, Nasruddin renuncia a su estafa, será un santo.Si se esfuerza denodadamente por liberar a la gente de la opresión del tirano, será un reformador.Si, en medio de su sueño, de pronto cae en la cuenta de que está soñando, se convertirá en un hombre despierto y en un místico.¿De qué vale ser un santo o un reformador si uno está dormido?Anthony de Mello