Efectivamente, aunque los carmelitas comenzaron la reconstrucción del monasterio, la desamortización supuso un nuevo obstáculo para su recuperación arquitectónica, ya que en el periodo comprendido entre 1835- 1846, uno de los mayores especuladores de terreno --el madrileño José Safont- compró el solar, aprovechando parte de sus materiales y demoliendo por completo el resto, a excepción de la portada, según refiere Parro (1857), que debió desaparecer algo más tarde.
Perteneciendo ya el terreno del ex convento a don José Safont, el Ayuntamiento plantea una permuta con terrenos propios municipales junto al río Tajo, a cambio del solar del Carmen y los materiales que en él se encuentran. En el expediente generado al efecto se valora el solar y los materiales de esta manera:
"Linda N. Y E. con las murallas, S. y O. Cuesta del Carmen y Convento de la Concepción, el cual tiene una superficie de una hectárea, dieciocho áreas, sesenta y cuatro centiáreas; a un real y siete céntimos importa diecisiete reales doce céntimos. Por cincuenta metros cúbicos de piedra ajustada a diez reales, quince reales. Por ciento sesenta metros cúbicos de mampostería y paredes de tierra en muros y medianerías a diecisiete reales, dos mil quinientos sesenta reales" .
Los derribos del monasterio debieron afectar a la solidez de las murallas en el entorno de la Puerta de Doce Cantos, siendo necesaria la consolidación y reedificación de un tramo considerable de aquellas, para lo cual se redactan por parte del Ayuntamiento una serie de condiciones que incluían planos adjuntos 36 por parte del arquitecto municipal, Luis Antonio Fenech y que transcribimos ad lítteram:
"La obra que ha de ejecutarse consiste en la excavación del terreno para el reconocimiento de la parte existente y facilitar la construcción de la obra nueva que consiste en la mampostería del muro con los espesores que indica el adjunto plano; y en el encachado y cojido de las juntas de los restos de la muralla hasta la puerta de doce-cantos.
Los tipos para la subasta serán los siguientes:
Altura cúbica de excavación, a tres reales sesenta céntimos. y den de demolición de la fábrica antigua, a seis reales. y den de construcción de mampostería; a veinte ocho [sic] reales. y den superficial de encachado y cojido de juntas; a seis rs. Serán de abono al contratista los metros que previa medición hubiere ejecutado de cada clase .
El coste de la obra ascenderá con arreglo al presupuesto a la cantidad de veinti dos mil trescientos cuarenta y un reales sesenta cenit. que es por la que se saca a subasta, que con el aumento del catorce por ciento asciende a la de veinti cinco mi] cuatrocientos sesenta y nueve reales cuarenta y dos céntimos. El contratista demolerá la pte necesaria para formar los bancos de asiento a nivel de la nueva obra según indica el plano que acompaña dando al nuevo muro los espesores que este manifiesta.
La mampostería afectará en el paramento exterior la forma de los cuerpos de que consta, descantillándola con el martillo lo necesario 10 que se hará así mismo para introducir un ángulo en tirantes formando los mampuestos. Estos aun que irregulares enlazarán en todos sentidos y matadas las juntas, tanto en el plano horizontal como en el vertical atizonando por los muros una mitad mas que su altura y se mazizarán y encajillarán perfectamente.
El cojido de las juntas de la pte existente se ejecutará limpiándolas y regándolas bien antes de empezar encajándolas y cogiendo las juntas recortando la mezcla despues, en la forma que tengan las piedras. La mezcla que se emplee pa. la egecución de la obra se compondrá de cal de Argés y arena del aserradero en la proporción de dos partes de la primera y tres de la última.
La piedra que se gaste en esta obra será la que en el mismo sitio existe procedente del derribo de la misma muralla. La obra se egecutará con arreglo a las condiciones que proceden y a satisfacción del Arquitecto Director de ella, el que podrá disponer su nueva construcción en la fonna que considerase no estar hecha como corresponde al arte. Toledo 9 de noviembre de 1864." Posteriormente, el año 1870, se formalizan nuevas condiciones facultativas, así como la subasta de las obras de reparación del tramo antes citado 37: "La zanja se abrirá con un talud de 40 á 45 grados de inclinación tanto en la parte superior como en la inferior; la profundidad de la zanja será de cuatro metros desde el nivel del piso.
Hecha la zanja se preparará una base finne de a1caen de unos treinta y cinco centímetros de espesor bien remojada y apisonada con pisón de arena por terceras partes, después se echará una tongada de honnigón de cuarenta centímetros de espesor completamente bañado de buen mortero suelto. Los cimientos se harán de buena piedra, bien sentada y atizonada con mortero compuesto de una parte de cal y dos de arena; los cimientos se dividirán en dos partes, la primera que tendrá un metro de altura próximamente [sic J por ochenta centímetros de espesor, y la segunda de un metro setenta centímetros por ochenta y cinco centímetros de espesor.
La mampostería al descubierto se construirá con buen mortero compuesto como queda indicado de una parte de cal y dos de arena, procurando que las piedras junten y atizonen, engatillándose en todo el espesor cogiendo bien las juntas con el dicho mortero. Construida la mampostería al descubierto, la cual tendrá un metro de altura desde el nivel del piso, se pondrá la albardilla o lomo de toro compuesta de una hilada de ladrillo por ambos lados y reIlenada de piedra menuda y cascote cojido todo con buen mortero.
Será de cuenta del contratista el apresto de materiales y de todos los útiles para la construcción y seguridad, siendo responsable de todo cuanto pueda ocurrir en la obra. Será por cuenta del contratista nombrar un director facultativo para la dirección de la obra. Concluidas las obras se procederá a una liquidación general y si de esta resultare alguna diferencia se abonará o descontará con arreglo a los precios de contrata, y acto seguido tendrá lugar la recepción provisional, la definitiva a los veinte días después.
Además de estas condiciones tendrán a'plicación las generales aprobadas en 10 de julio de 18 ... [borroso l.
" Palazuelos indica al respecto cómo en 1890 nada quedaba " ... en pie sobre este vasto solar, si se exceptúa unos restos de paredes, del lado que mira al río y algunas columnas y otras piedras labradas esparcidas por el suelo" )R. No hace alusión alguna a la portada, circunstancia que parece confirmar su desaparición ya en aquellas fechas, Debemos señalar, igualmente, otras afirmaciones recogidas años más tarde en las que sus autores se expresan con elocuencia acerca de los hechos acaecidos en la turbulenta España del siglo XIX, y que atañen directamente a Toledo. Así, Rodrigo Amador de los Ríos en 1902 39 refiere cómo: "( ... ) a la guerra de Sucesión ó á la de la Independencia, son frecuentemente referidos en nuestra España los saqueos, las violencias y los incendios en que desaparecieron alhajas y documentos, de que muchos, sin ser de las huestes de Napoleón, supieron aprovecharse con destreza."
El autor, agrega un dato nuevo a lo sucedido, la propia rapiña nacional, que no requiere tampoco comentario alguno. Añadiremos, por último, que el fenómeno desamortizador en Toledo, tuvo más incidencia en el aspecto arquitectónico que urbanístico; esto último por razones obvias vinculadas con la ocupación y el precio del suelo en el interior de la ciudad, circunstancia que propició el que no se abriesen grandes zonas abiertas en su trazado urbano.
Sin embargo, el caso del arruinado convento del Carmen calzado, fue una de las escasas excepciones en que a la pérdida de su fábrica, hay que añadir su transformación en un espacio de recreo ciudadano, al ser convertido su solar en un paseo público, como luego se verá, espacios éstos, por otra parte, tan escasos en la imperial ciudad.
http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0043_02.pdf&version;
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