Allí los miembros de las SS, obligaron a bajar a los hombres y niños mayores de 14 años. El convoy de los 927 se convirtió en el primer tren de la muerte, lo que conduce, como bien sugiere el autor, a la pregunta de rigor que nadie ha contestado todavía: ¿por qué fueron los españoles los primeros en subir a los trenes de la muerte?
La investigación le lleva al Ministerio, dirigido entonces por Ramón Serrano Suñer, concuñado de Franco, que remitió a las autoridades alemanas una lista de 210 dirigentes republicanos, entre los que se encontraban Manuel Azaña y Largo Caballero, con una finalidad clara: "Cuando tengamos la certeza de que han sido repatriados todos aquellos que convengan, nos desinteresaremos de los restantes". (Carta remitida por Serrano, al embajador español en Francia, un mes antes de que saliera el convoy de la muerte).
Los alemanes, a través de la embajada en Madrid, preguntaron al Gobierno español si estaría dispuesto a hacerse cargo de 2000 españoles rojos que se hallaban internados en Angulema (Francia), pero nunca recibieron respuesta. Parece que al margen de la carta que le remitieron, Serrano Suñer había escrito una palabra: "archivese", donde queda claro su desinterés por la suerte de los españoles internados en el campo austriaco. Y como bien rubrica al respecto de esto José Luis Rodríguez Zapatero: "la memoria es hoy la mejor forma de hacer justicia".
Para saber más
Imágenes contra el olvido
El mundo
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