Rossi festeja el triunfo en Phillip Island - AFP.
Siempre dejó claro que cuando se aburriese o no fuese lo suficiente competitivo lo dejaría. Antes del principio del curso Valentino Rossi (Urbino, 1979) se dio un ultimátum: "O estás entre los mejores y luchas por podios y victorias o no tiene sentido continuar". A Il Dottore le cambiaba el humor repasando los logros de las tres temporadas anteriores: tres podios con Ducati en dos años y un triunfo en Assen, el curso pasado, en su vuelta a Yamaha. Entre los anhelos de Rossi estaba no haber ganado en Phillip Island desde 2005, espina que se pudo sacar con otra remontada fantástica, partiendo desde el octavo puesto. Su segundo triunfo llegó en la jornada de otro abandono de Marc Márquez y los problemas con la rueda delantera, defectuosa, de Jorge Lorenzo, segundo y al que se había batido en un duelo de quilates. Ambos, junto a Pedrosa, también retirado, optan al subcampeonato.
"No sé qué ha pasado por detrás, era de locos". Así describió Rossi su sexta victoria en Australia, escenario de dos de sus mejores adelantamientos, en 2001 a Max Biaggi, y en 2004, a Sete Gibernau. Dos arrebatos de genio que le valieron para lograr el primero y el cuatro título entre los mayores. Hacía nueve años que Il Dottore no ganaba en Phillip Island, mala racha que empezó con un triunfo de Melandri, continuó con el monólogo del local Casey Stoner de 2007 a 2012, y la victoria, el curso pasado de Lorenzo. En su lucha por igualar el récord de 12 triunfos de Doohan, Márquez se cayó y todavía no entiende por qué. Es la tercera vez que acaba en el suelo un curso que empezó con diez triunfos consecutivos. Coronado en Japón, lleva un triunfo (Silverstone) y otro podio (segundo puesto en Motegi) en las últimas seis carreras. Racha opuesta a la de Lorenzo, capaz de recuperar la confianza, la forma física y la ilusión por acabar segundo en el Mundial. Lo fue en la carrera pese a arrastrar un neumático delantero defectuoso y gracias también a que Crutchlow se tropezó en la penúltima vuelta. También tuvieron que retirarse los hermanos Pol y Aleix Espargaró (este último se fue maldiciendo a Brald, que le dañó la cúpula de su moto). Mucho antes fue la decepción de Pedrosa, hundido en la novena posición tras una salida nefasta y al que Iannone (también retirado como Pedrosa) fastidió la Honda.